El alcohol se ha convertido en un buen aliado de la fruta. Primero con la uva en el vino. Luego con la manzana en la sidra. Y ahora con la naranja en un zumo con un mínimo de gradación que investigan estudiantes de la UPO.
La firma que lo patenta es Hespérides, una de las 15 alojadas en el Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial de Sevilla.
Zumo de naranja natural con un toque de alcohol. No es ninguna pócima mágica, sino una atrevida receta que un grupo de jóvenes emprendedores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla va a convertir en un nuevo producto comercial que, en breve, pasará del laboratorio a la industria. Se trata de uno de los novedosos proyectos que se cuecen al calor del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Sevilla.
Y es que, la Junta ha vuelto a abrir las puertas a la innovación y el progreso a través de este centro, sito en San Juan de Aznalfarache, donde más de una treintena de emprendedores -pertenecientes a 15 empresas- se benefician ya del apoyo y el asesoramiento que les permitirá hacer de su idea una oportunidad de negocio. Una treintena de firmas han iniciado su actividad en régimen de alojamiento en las instalaciones sanjuaneras, en las que disponen de servicios y recursos gratuitos para los primeros compases de su andadura empresarial, los más difíciles e inseguros.
Aunque las nuevas empresas incorporadas se distinguen por la diversidad de campos que abarcan -que van desde las TIC e ingenierías hasta firmas de base cultural- el CADE de Sevilla ha apostado especialmente por el sector de la Biotecnología y uno de los proyectos estrella de esta nueva convocatoria de incubación empresarial nace precisamente en el seno de la UPO y propone un producto totalmente innovador, un jugo de naranja natural pero no como cualquier otro, sino con una mínima gradación de alcohol, cuatro grados.
Pese a la juventud de los promotores de la empresa Hespérides -son cuatro estudiantes de la primera promoción de la Universidad-, este equipo investigador ya ha obtenido el primer premio del Concurso de Emprendedores de EOI (EOI, la primera escuela de negocios de España, convoca un premio de alcance nacional dirigido a jóvenes emprendedores españoles o residentes en España).
Según explicó uno de los promotores del proyecto, el jerezano Juan Diego Cordón, la idea surgió del conocimiento de la crisis que atraviesa el sector cítrico, ante la cual "intentamos desarrollar una alternativa para dar salida a la fruta, de un modo similar a lo que ocurre con la sidra o el vino", señaló.
Aunque el producto debe esperar a salir del laboratorio -está en fase de optimización- para conocer su aceptación en el mercado, Cordón se atrevió a augurar una buena acogida industrial, ya que se trata de "un producto nuevo en el mercado y que además reune un perfil muy ecológico", añadió. La iniciativa se basa en una fermentación controlada del zumo de naranja al que se añade una pequeña gradación alcohólica. Además, aunque la receta es secreta y desde Hespérides no quisieron revelar la clave del toque maestro, sí que aseguraron que el producto cuenta con compuestos que le dan un sabor único.
La firma Hespérides lleva apenas unas semanas alojada en el CADE de Sevilla y actualmente cuenta con la ayuda de un técnico con el que los emprendedores trabajan en la revisión del plan de negocio. Junto a los servicios gratuitos que les brinda el centro (teléfono, oficinas, acceso a internet), Cordón valoró especialmente el complemento formativo que supone para ellos esta herramienta: "Somos todavía estudiantes y necesitamos realmente las nociones de marketing y de organización empresarial que nos ofrece el centro".
Pero esta no es la única idea que ha contado con el apoyo empresarial de la Junta. También ha sido acogida en el CADE la empresa Cronofarma SL, que realiza el diseño y la optimización de medicamentos y es capaz de predecir dónde se encuentran las zonas de cambio de la estructura interna de las medicinas, los llamados puntos críticos. Así, es posible saber qué porcentaje hace falta de cada ingrediente para conseguir las características deseadas y la mejor calidad.
Según destacó el investigador responsable de esta iniciativa, Isidoro Caraballo, "conocer mejor la estructura interna del medicamento nos permite acortar el tiempo de desarrollo y aumentar su seguridad y eficacia". Además de estás ventajas prácticas, Caraballo puntualizó que "el conocimiento de la estructura interna va a ser, en un futuro próximo, un requisito de obligado cumplimiento para todos los fabricantes de medicamentos, por ello nos encontramos en una posición de liderazgo a nivel mundial".
