Economía

Unicaja celebra su 125 aniversario

La mayor caja regional encara el futuro inmersa en una fusión

el 24 oct 2009 / 19:19 h.

Unicaja, cuya sede está en Málaga, es la mayor caja de ahorros de la región andaluza.

Era 1884. Cuando la Caja de Ahorros de Cádiz nació con la intención de devolver a la ciudad su esplendor de décadas anteriores y salir de la decadencia en la que estaba inmersa, no sabía su impulsor, Diego Fernando Montañez, que iba a ser el germen de la que 125 años después sería la mayor caja andaluza. Y que, además, no se quedaría en Cádiz, sino que su sede acabaría en Málaga. Y es que la actual Unicaja es el resultado de una fusión a cinco que se produjo en 1991. Ahora afronta otra con Caja de Jaén y Cajasur, lo que le llevará a cambiar de nombre, pasando a denominarse Unicajasur.

Pero volvamos al pasado y al Cádiz de finales del XIX. Costó que la entidad gaditana se mantuviera en pie debido a las dificultades propias de la época. Una trayectoria parecida a la vivió el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, otra de las entidades que posteriormente darían lugar a Unicaja. Para la caja rondeña, el momento más duro fue 1936, con el inicio de la Guerra Civil Española, "aunque fue justo cuando dio lo mejor de sí", señala el historiador David Molina.

Pero no sólo la iniciativa de los actores sociales y económicos de la época fueron los encargados de poner en marcha entidades que facilitaran el ahorro y el desarrollo del crédito. También la Iglesia -que ahora pelea por mantener su espacio en la nueva Unicajasur- potenció su creación. Las de Antequera y Almería son claro ejemplo de ello.

La Caja de Ahorros y Préstamos de Antequera surgió en 1904 gracias a la acción de dos hombres: el padre Ferris, jesuita, y el sacerdote vicario de la ciudad, Rafael Bellido Carrasquilla. Siguiendo el ideario de la Iglesia, se lanzaron a por una solución para los problemas de desigualdad en el reparto de la riqueza. Para poner la entidad en marcha contó con la ayuda de doce miembros de la sociedad civil antequerana, que se encargaron de buscar a más colaboradores. Cada uno de los interesados suscribiría 25 pesetas en acciones reintegrables.

Esta unión social para hacer frente a la pobreza impulsó también al Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería en 1900. Fue fruto del esfuerzo conjunto del obispo de Almería, José María Orberá y Carrión, y de una acaudalada almeriense afincada en Cataluña, Francisca Giménez Delgado, y nació con el fin de dar auxilio a los menesterosos. En ella abrieron cuentas a principios del pasado siglo abrieron cuenta numerosas asociaciones representantes de los intereses obreros y populares.

La quinta entidad tardaría algo más en constituirse. Lo haría en 1949 y en la provincia de Málaga, que después se convertiría en la sede de todas ellas, promovida por su Diputación Provincial con el objetivo, como en el resto de España, de que estas instituciones capitanearan el crecimiento de la economía española en la segunda mitad del siglo XX.

Expansión. A partir de ahí, el despegue gracias al crecimiento de la clase media y al uso que ésta hizo de las entidades de ahorro. La accesibilidad al crédito hizo que aumentara el nivel del vida de las familias y poco a poco fueron teniendo cabida conceptos hoy habituales, como el marketing, la informática o los nuevos métodos de administración. Así fue creciendo la cultura financiera entre los españoles y los andaluces, que entraron en Democracia con sus ahorros en estas entidades. Pero no sería hasta 1991, con el advenimiento de la realidad europea, cuando estas cinco cajas andaluzas decidieron unirse y convertirse en una con más músculo y peso específico. La importancia de la dimensión de la entidad y su posicionamiento en el mercado nacional e internacional convencieron a las de Cádiz, Ronda, Antequera, Almería y Málaga a unirse.

"El propósito era dotar a Andalucía de una entidad con un mayor pulmón, acorde con el peso económico de nuestra comunidad", indica el actual presidente de la caja, Braulio Medel.

En 1995, los beneficios antes de impuestos ya superaban en 12.080 millones de pesetas y en un 25,42% los resultados del ejercicio anterior. A 31 de diciembre de 2004 tenía 813 oficinas en España y contaba con representaciones en Francia, Alemania, Suiza, el Reino Unido y Bélgica.

Ahora se enfrenta a un nuevo reto, como el resto del sector: salir lo mejor posible de una crisis financiera de escala mundial. Y parece que lo va a hacer reforzada gracias a sus planes de fusión con las ya comentadas Caja de Jaén y Cajasur.

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