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Unión policial contra el delito

El Gobierno está empeñado en poner coto a las modernas fórmulas de delincuencia que sacuden a numerosas poblaciones de la geografía nacional. Para conseguir una mayor eficacia de los cuerpos y fuerzas de seguridad plantea la creación de los denominados Consejos Comarcales de Seguridad.

el 14 sep 2009 / 20:14 h.

El Gobierno está empeñado en poner coto a las modernas fórmulas de delincuencia que sacuden a numerosas poblaciones de la geografía nacional. Para conseguir una mayor eficacia de los cuerpos y fuerzas de seguridad plantea la creación de los denominados Consejos Comarcales de Seguridad. A Sevilla le corresponderán siete, un número que se ajusta prácticamente al de las comarcas de la provincia.

Aunque la última palabra sobre el éxito de la propuesta la tendrán los alcaldes, que serán los encargados de pilotar el proceso junto al subdelegado del Gobierno, la fórmula prevista ofrece garantías a priori de que puede funcionar, por lo que ningún municipio debería quedarse fuera de esos consejos. Es seguro que no hay en la provincia ningún ciudadano que no reclame una mayor coordinación de los diferentes cuerpos policiales sevillanos para combatir el delito con mejores resultados. Y precisamente de eso se trata. De compartir bases de datos de los delincuentes y actuar de forma coordinada allí donde el delito se produzca, sin dejar escapadas fáciles a los delincuentes para que se refugien en otro municipio a veces colindante con el que han delinquido.

No es discutible que si todas las policías locales de Sevilla actuasen conjuntamente, muchos de los nuevos delitos -asaltos a domicilios, robos de sucursales bancarias rurales, tráfico de droga en los centros escolares, etc...- se resolverían con mayor facilidad. Si también la Guardia Civil y la Policía Nacional -los dos cuerpos con competencia supramunicipal- comparten esas bases de datos municipales los delincuentes lo tendrán a partir de ahora más complicado. La sola posibilidad de unificar las variopintas ordenanzas municipales de seguridad y adaptar la ley a la evolución misma del delito de forma conjunta no sólo evitará inútiles reinos de taifas en términos policiales, sino que permitirá adoptar estrategias que acaben evitando la actuación del criminal o facilitando su captura se encuentre en el rincón de la provincia en el que se encuentre. Los alcaldes tendrán que dejar esta vez la batalla política a un lado y participar desde el primer momento en un órgano que tantas posibilidades ofrece.

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