Unos ’clicks’ muy solidarios

Un millar de figuritas de Playmovil integran una curiosa exposición en Utrera a beneficio de Javier, un niño de 9 años, que sufre una de las conocidas como enfermedades raras, y que necesita dinero para poder operarse

Utrera exposición de Playmobil Quién no ha tenido alguna vez en sus manos un click de Playmobil? Estos días han llegado a Utrera en torno a un millar de estos famosos muñecos, para integrar una curiosa exposición. Con una causa benéfica como telón de fondo, hasta el 16 de marzo puede visitarse dicha muestra que recrea, en tres grandes dioramas, escenas como el actual puerto de Sevilla, una batalla medieval y el desembarco de las tropas napoleónicas, entre otras. El edificio que antiguamente albergaba la biblioteca municipal, en las instalaciones del Hospital de la Santa Resurrección –el Hospitalito– acoge esta peculiar iniciativa que busca recaudar fondos económicos a favor de un niño utrerano. Se llama Javier Pérez Hidalgo, tiene 9 años y padece una de las denominadas enfermedades raras. Con la venta de entradas de la exposición, al precio simbólico de un euro solamente, se quiere conseguir los 10.000 euros que cuesta la operación quirúrgica que necesita este pequeño. Y para conseguirlo, pequeños y mayores podrán reencontrarse con un mundo de clicks recreado al detalle gracias a un proyecto que encabeza Chesco Fernández, un enamorado de estos muñecos, que ha puesto a disposición de esa familia todo su trabajo. Y no ha debido ser poco, a tenor de la extensión y la ingente cantidad de detalles que tiene la representación. Junto a otros colaboradores, ha logrado instalar tres grandes recreaciones, a lo largo y ancho de 54 metros cuadrados. Camiones, edificios, contenedores, oficinas, herramientas, grúas, vehículos,… e incluso el puente del V Centenario acercan la realidad del Puerto de Sevilla a los visitantes. A ello se unen viviendas, cañones, caballos, barcos, montes, soldados… que integran otro par de escenas recreadas con total realismo y muchas horas de dedicación. Los niños –y aquellos que no lo son ya tanto– pueden disfrutar de una muestra «muy atractiva para el público, y que tiene un gran trabajo detrás de montaje», como comenta el comisario de la exposición, que permanece abierta de lunes a viernes, de 17.00 a 19.30 horas; y los sábados y domingos, también por las mañanas, de 11.00 a 13.30 horas. Con esta curiosa propuesta sobre la mesa, todas las personas que acudan al Hospitalito podrán colaborar igualmente con el objetivo solidario marcado. El padre del niño afectado por la enfermedad, Javier Pérez, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía porque «necesitamos ayuda», reconociendo que, «por un niño, hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos. Ruego que nos ayudéis, porque él lo merece». Javier cumplió 9 años el pasado mes de diciembre. Nació bien, completamente sano, muy activo, inquieto y divertido. Cuando tenía tres años la situación cambió y comenzó su enfermedad, que aún no tiene diagnóstico ni tratamiento conocido. La evolución sufrida por este pequeño ha ido desde la pérdida de visión –actualmente sólo tiene un 10 por ciento de visión del ojo izquierdo y un 20 por ciento en el derecho– hasta la incapacidad para moverse o hablar. De ser un niño plenamente capaz pasó a que su lenguaje fuera indescifrable, a que sus manos se cerraran completamente y se volvieran espásticas, y a no poder sostenerse en pie o caminar. Pese a todo ello, Javier mantiene todas sus funciones cognitivas en perfecto estado. Sin duda, esto es algo positivo pero, al mismo tiempo, también lo hace plenamente consciente de su situación. En mitad de esta dura realidad, hallaron una esperanza para que este utrerano gane movilidad. Sus familiares la encuentran en Igor Nazarov, un médico de origen ruso que realiza una operación muscular que reduce la espasticidad y las contracturas en diversas partes del cuerpo. Eso hace posible, a nivel facial, que se mejore la capacidad de alimentarse y de hablar; mientras que, a nivel de extremidades, se produce un incremento de la capacidad de movimiento en las mismas. Pero no es tan fácil como puede parecer, porque esta operación se realiza en una clínica privada de Jerez de la Frontera, y no la financia la Seguridad Social. Esto, unido a ser una técnica única en el mundo, eleva su coste a precios inasumibles fácilmente. Sin embargo, poco a poco, esta familia va dando pasos y ya, en abril de 2013, gracias a diversas donaciones, Javier pudo ser intervenido, lográndose una mejora considerable. De hecho, el niño ha conseguido volver a ponerse de pie y caminar pequeñas distancias, aunque siempre con algún punto de apoyo. En cualquier caso, este chaval continúa en silla de ruedas y precisa de una segunda operación que reduzca la espasticidad de sus extremidades derechas. Además, con posterioridad a la intervención quirúrgica, este utrerano va a precisar terapias de rehabilitación, fisioterapia, logopedia, apoyo psicológico, calzado ortopédico, andador, material específico para el estudio,… E incluso es intención de sus padres conseguir también financiación que permita incluir a Javier en nuevas líneas de investigación que se abran y que puedan conducir a su total curación. Muchos objetivos encima de la mesa para lograr que este niño vuelva a ser el mismo que era.

  • 1