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Urbanismo admite que la mezquita no tendrá suelo público y deberá pagarlo

Hasta ahora, todas las confesiones han tenido la opción se acceder a suelos públicos, al igual que centros de mayores o de atención a personas con determinadas enfermedades. El caso de la mezquita de la Comunidad Islámica marca un punto de inflexión.

el 15 sep 2009 / 17:00 h.

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Hasta ahora, todas las confesiones han tenido la opción se acceder a suelos públicos, al igual que centros de mayores o de atención a personas con determinadas enfermedades. El caso de la mezquita de la Comunidad Islámica marca un punto de inflexión. Urbanismo ya admite que la mejor opción es comprar un suelo privado.

En marzo de 2005, Urbanismo adoptó la siguiente decisión: incorporó decenas de parcelas SIPS -Suelos de Interés Público y Social- como patrimonio municipal del suelo con el objetivo de que estos terrenos se pudieran ceder como derecho de superficie a "fundaciones y asociaciones, cooperativas de interés social y iglesias, confesiones y comunidades religiosas".

En este largo listado hay terrenos que se han empleado como centros de culto y templos para distintas confesiones en zonas como Alcosa -Iglesia Evangélica Horeb- o San Jerónimo -Testigos de Jehová-. También hay terrenos que se han empleado para una asociación de autismo, un centro de mayores o instalaciones para personas con problemas de salud mental. En algunos casos han sido adjudicaciones directas y en otros concursos públicos.

Esta vía, que se empleó durante años, es la que queda cuestionada por la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, lo que lleva a Urbanismo a crear un agravio comparativo con la Comunidad Islámica. Según la resolución judicial, "la mezquita es una dotación común de uso privado". Por tanto, no se puede ubicar en un SIPS público. La misma categoría que tienen todos los terrenos que se ofrecieron a esta confesión, cuando se decidió frenar el proyecto de Los Bermejales.

Sólo hay dos opciones para la mezquita, según el informe jurídico que desaconseja la construcción en Cartuja 93 -proyecto a su vez rechazado por los empresarios, la Junta y el Estado-. Un suelo público que tenga permitido una utilización privada. El delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, explicó ayer esta fórmula: "Hay muy poco suelo de ese tipo, pero sí puede estar abierto a cualquier templo. Hay que pasar por un concurso público. Tendríamos que decir, por ejemplo, que hace falta un templo en una zona, pero no apuntar de qué confesión". Pero las opciones de estas características son muy limitadas.

Gómez de Celis esbozó ayer la otra opción: "La posibilidad es que compren suelo privado, como cualquiera, un proceso en el que nosotros no entraríamos. Sería un acuerdo entre dos privados. El Plan General de Ordenación Urbanística dedica un alto porcentaje de suelo a dotaciones públicas, alrededor de un 30% de los terrenos".

La propuesta no es excepcional, aunque sí las circunstancias en las que se produce. Son muchos los templos que se construyen en suelos privados. De hecho, las grandes instalaciones ejecutadas por la Comunidad Islámica son de estas características. Son los casos de Marbella, Fuengirola,Málaga o Granda -no así el de la M-30 de Madrid-. Pero en Sevilla, hace cinco años que se prometió un terreno público y tras numerosos vaivenes, ahora ha habido que rectificar.

Además, en este tiempo, se han producido adjudicaciones de suelo público a templos evangelistas y de Testigos de Jehová, entre otros. Pese a esto, no se pueden establecer comparativas reales con la Iglesia Católica. Sus templos han sido terrenos municipales cedidos, pero los últimos datan de antes de 2005.

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