-Yo voy en bicicleta de manera normal y sin tener que utilizar los sábados ni los domingos, no. Yo no busco equilibristas, porque los equilibristas están para entretener y divertir, y yo tengo la obligación, si me dan la confianza, de ser muy serio, de gestionar los intereses generales y de ser eficaz.
-Los borjamaris esos que salen en los mítines de ustedes, detrás de los candidatos, tan sonrientes... ¿son de verdad o están hechos por ordenador?
-Je, je... Son de verdad.
-¿Qué calle de Sevilla tiene peor las losetas?
-Almirante Lobo. Se han cambiado en los últimos cuatro años en cuatro ocasiones en el entorno del Cristina y la Puerta de Jerez. Y sin embargo la calle Almirante Lobo, que está al lado, nadie se ha acordado de ella.
-Llega un cataclismo y sólo le da tiempo de salvar una imagen de Semana Santa. ¿Cuál elige?
-¿Una sola? La Esperanza Macarena.
-Es usted un hombre religioso. ¿Tiene nociones de teología y eso?
-Sí... las básicas.
-Pues a ver si me saca de una duda: ¿Le respondieron a San Pablo los corintios?
-Sí, je, je. Le dijeron que el amor existía. Yo, cuando tengo la oportunidad de casar a alguien, se lo digo: que el amor existe, es compasivo y misericordioso. Porque además, con independencia de que uno tenga o no fe, queda uno muy bien.
-¿Ronca usted?
-Sí
-Y su mujer, ¿qué dice?
-Que hay que ver cómo roncas.
-¿Qué programa de la tele no se pierde jamás?
-Ahora le confieso que no veo ningún programa de la tele. Cuando llego a casa, si puedo, veo a mi niño, a Fernandito, y no tengo tiempo para otra cosa.
-¿Cuál es la faena doméstica que más odia en esta vida?
-Tengo que hacer todas las que me recomiendan que haga y hay algunas que me gusta hacer...
-Lo de recomiendan lo dice usted en cursiva, ¿no?
-Sí, ja, ja. Me recomiendan: "Oye, haz esto." Pero hay algunas que suelo hacer bastante. Entendiendo por doméstico hacer la compra, suelo hacerla con mucha frecuencia. Si se entiende por doméstico bajar al niño todos los días a la ruta del autobús porque el sorteo no le brindó entrar en el colegio que tengo enfrente de casa, también lo hago y es lo que más me gusta.
-¿Quién de su familia lleva peor que sea usted político?
-Todos. Fernandito, con tres años, no opina, pero el resto es verdad que lo están padeciendo.
-¿No le da a usted pena ser de derechas, como está el mundo?
-¿Usted cree que yo soy de derechas?
-Sí.
-Yo me considero una persona normal, y yo no sé lo que entiende cada uno por derecha. Hay algunos que me dicen que son de izquierda y yo los miro y digo: ¿Tú eres de izquierda? [arruga la nariz, con repulsivo descreimiento] Yo lo que quiero es ser buena persona. No sé si lo consigo o no, pero quiero ser buena persona.
-¿Se ha fumado un porro alguna vez?
-No.
-¿Cuál es su comida preferida? ¡No me diga las setas!
-Como tapa, la melva canutera. Como plato, patatas revueltas con huevo.
-¿No le aterra saber lo que quiere Sevilla, como dice en su blog? ¿Se puede vivir bajo el peso de esa certeza?
-Pues claro. Tengo la imagen de una señora que además me dio su número de teléfono y me dice: "Me he quedado con su cara. Como sea alcalde y no lo haga...". Pues claro, eso me obliga a... La señora me estrechó la mano, pero yo veía aquel rostro. Yo digo una cosa: he seguido dando pasos para tener previsto dónde se construye el edificio puente, porque no quiero ni imaginar que esa señora tenga que venir a buscarme.
-Habla usted mucho de la juventud. ¿Ha leído El guardián entre el centeno?
-No.
-¿Cómo se llamaba la primera niña de la que se enamoró?
[El silencio se puede trinchar, rellenar y meter al horno diez minutos, y de ahí comen quince personas]. No me acuerdo.
-Y ella, ¿cree que se acordará de usted todavía?
-Yo creo que sí.
-Diga tres animales y luego le explico la razón de esta pregunta.
-El toro, el caballo y el perro.
-Dicen que el primero es como uno se ve, el segundo como lo ven a uno los demás... y el tercero, lo que es.
-A mí me gusta hablar de la fidelidad que tiene el perro, la nobleza que tiene el caballo y la valentía y la fiereza para abordar el futuro que tiene el toro.
