Alejandro Valverde, reciente campeón de España, partirá mañana entre los favoritos al triunfo del Tour de Francia. A sus 28 años, y en un momento dulce de su carrera, sus principales rivales serán Cunego, Evans y Menchov.
En su cuarta participación, el jefe de filas del Caisse D'Epargne, ganador de la Lieja-Bastogne-Lieja, se enfrenta a un ahora o nunca en una edición en la que los candidatos se verán beneficiados por la ausencia de Alberto Contador, último ganador de la prueba. Sin duda, una edición con el abanico de aspirantes al triunfo final tan amplio como emocionante.
Con su victoria en la Dauphiné Liberé, el mejor examen preTour, Valverde llega con ambición, dispuesto a superar su sexto puesto de la edición de 2007 y a luchar por cualquier puesto en el podio final. Corredor todo terreno, su punta de velocidad le permitirá optar a la pelea por los triunfos de etapa.
Sus prestaciones en contrarreloj han mejorado, como demostró en la Dauphiné, pero la tercera semana de competición es aún la prueba definitiva que debe aprobar el doble subcampeón mundial.
En el cartel de favoritos destaca el australiano Cadel Evans, del Silence Lotto, con tres experiencias anteriores en el Tour. Su segundo puesto de 2007 y su regularidad en años anteriores, octavo en 2006 y quinto en 2005, le proporcionan la etiqueta de referencia número uno por derecho propio.
Se trata de un hombre Tour, buen rodador y sólido en montaña, aún sin desplegar grandes alardes. Llegará con un equipo a su servicio y con algunas victorias a principios de temporada: una etapa de la Vuelta a Andalucía, una etapa de la París-Niza y una etapa y general de la Semana Coppi e Bartali.
Menchov, otro gallito. El ruso Denis Menchov, del potente Rabobank, doble ganador de la Vuelta a España, de 30 años y en su novena participación, no ha tenido una relación brillante con el Tour de Francia. Su mejor puesto, la sexta plaza en 2006. El año pasado abandonó, pero como Valverde, tiene ante sí un match ball del que no puede escapar sin dar el do de pecho.
Muy solvente en la contrarreloj y eficaz en montaña, el ruso afincado en Pamplona ha pasado inadvertido en la presente temporada, pero en el Giro fue quinto, un buen resultado con la vista puesta en julio. El frente italiano estará compuso por Ricardo Riccó, del Saunier Duval, segundo en el Giro tras Contador y con dos triunfos de etapa, y Damiano Cunego, quien se adjudicó la carrera rosa cuando tenía 22 años y desde entonces ha cumplido el papel de eterna promesa a la perfección.
Riccó, apodado la cobra, compartirá galones con el cántabro Juan José Cobo en el Saunier. No tenía pensado ir al Tour, pero la ausencia de Gómez Marchante le inscribió en la Grande Boucle, donde está llamado a destacar en la montaña.
Cunego, en su segunda participación, tiene ante sí una cita clave. El ganador de la Amstel Gold Race no participó en el Giro de Italia para centrarse en el Tour y puede ser uno de los más beneficiados por la ausencia de Contador. Su sueño es terminar entre los cinco primeros y ganar una etapa, si es posible, la de Alpe D'Huez. Lo ha dejado bien claro.
Sastre va de tapado. En el grupeto de aspirantes al podio destacan, entre otros, el español Carlos Sastre, de 33 años y líder único e indiscutible en el cuadro danés. Tercero en 2006 y con 5 puestos entre el top ten en su palmarés, el madrileño quemará uno de sus últimos cartuchos en el Tour. Tiene ante sí, dentro de un equipo muy potente, la posibilidad de mostrar sus aptitudes entre los mejores.
Dentro del CSC habrá que seguir con atención a los hermanos luxemburgueses Frank y Andy Schleck, de 28 y 23 años respectivamente. Sobre todo el menor, que está llamado por la senda de los campeones como avisó el año pasado con un segundo puesto en su debut en el Giro. En definitiva, un Tour que se presentará abierto y sin claro favorito. La montaña está llamada a poner las diferencias entre los candidatos, ya que la contrarreloj no será excesiva. Apenas 82 kilómetros repartidos en dos etapas. Alejandro Valverde comenzará en primera línea de salida. Puede ser su año. El ciclismo español lo necesita. Lo pide para alimentar su sed de éxitos. Y él es el elegido.
