Local

¡Vamos arriba!

Aerohíspalis, en Mairena del Alcor, es con 20 años a sus espaldas una de las escuelas de vuelo más veteranas del país. En ella aprenden decenas de pilotos, usted puede ser uno de ellos.

el 22 nov 2009 / 20:33 h.

TAGS:

Un aeródromo es similar a un aeropuerto pero en muy pequeña escala. No hay parkings, ni cafeterías, tampoco es posible realizar el checkin y ningún vuelo parte con más de dos personas a bordo. Eso sí, en un aeródromo como Los Alcores, sede de la Escuela Aerohíspalis (www.aerohispalis.com ), usted que ahora lee estas líneas podría estar pilotando su propia nave en unos seis meses, y eso si no se aplica mucho. Así lo afirma al menos el director del centro, Emilio Pombero, quien tras 30 años volando y más de 14.000 horas de vuelo debe de tener alguna credibilidad cuando también indica que "todo el mundo es apto para volar". Y, por supuesto, experto en desmontar los tópicos que pesan sobre la aviación deportiva, el jefe de vuelos afirma sin dudar que "no es caro volar".Por partes. Imagínese que a usted le pica el gusanillo de las alturas pero siente un poco de vértigo cuando se sube a la Giralda y de montarse en el Jaguar de Isla Mágica ni hablemos. "Eso es otro mito, cuando estás en movimiento no existe vértigo", dice. De acuerdo, pero, si un viaje en avión sale por un pico, ir a los mandos ¿tiene que ser prohibitivo, no? "A todas las personas les digo lo mismo, que prueben, desde 60 euros pueden tener una primera experiencia en avioneta", argumenta. La clave está en la unión. Si uno de estos vehículos alados puede costar 50.000 euros, entre diez personas que se unan para adquirirla, el susto es bastante más pequeño, "y si uno abandona vende su acción a otra persona y listo", añade Pombero atando todos los cabos. Ubicado a unos pocos kilómetros de Mairena del Alcor, Aerohíspalis tiene en la actualidad alrededor de 30 alumnos "que desde el primer día ya se están sintiendo pilotos", dice Pombero para no dejar sin compás publicitario el párrafo. Y no vale con argumentar que uno sabe lo que es volar porque con el instituto fue a Roma de fin de curso, "la experiencia de pilotar es una sensación totalmente distinta". Eso es al menos lo que la gente transmite a los profesores cuando prueban las alturas, "estar ahí arriba es algo incomparable, no hay nada en la tierra que pueda compararse, volar es sentirse libre y tranquilo. Te sientes Dios", dice Emilio Pombero, quien también, llegado el caso, es capaz de bajar bien pronto a suelo firme, para algo ostenta varios récords de salto en paracaídas a gran altura. En los 20 años de existencia de la escuela, pionera en España, Los Alcores ha impulsado la aviación privada, ya que por las condiciones meteorológicas de la región, "ésta es la zona de Europa en la que más se vuela". Por allí se dejan caer sevillanos y muchos habitantes de la Costa del Sol que tienen en Mairena su aeródromo más cercano. En todos estos años, con algunos famosos accidentes de por medio (el 11-S como referencia) casi nadie ha pisado el freno: "Estos aviones son muy seguros porque, en caso de emergencia extrema, planean sin motor", además "cada fin de semana mueren decenas de personas en la carretera y nadie se plantea dejar de conducir. La sociedad está inmunizada ante esta realidad", lamenta. Emilio Pombero sube y baja de sus ultraligeros más de una decena de veces al día, y viéndole proceder casi parece que su hábitat natural esté varios cientos de metros por encima de nuestras cabezas. Al fin y al cabo por ahí arriba debe uno vivir más tranquilo. La única mala mirada que puede llevarse es la de algún pájaro al que adelante por la izquierda sin intermitente.

  • 1