-¿No tiene la sensación de haber llegado al mundo de la música en un momento particularmente difícil?
-Sí. Desde que empecé, no conozco otra palabra que crisis: de las casas editoriales, de los mánagers, de las discográficas... Todos me dicen que he empezado en el peor momento. Pero si a pesar de ello mi carrera va progresando, lo asumo bien. Y algo bueno tiene para la música: el público estaba harto de que le dieran gato por liebre. En esta industria se han tirado dinerales, y ahora todos estamos pagando.
-¿Internet es la gran amenaza, o está ayudando a difundir la música?
-Creo que para los músicos, Facebook es una de las herramientas más eficaces. Al no ser específicamente musical, como Myspace, la gente lo tiene como algo más suyo. Para ellos eres como un amigo, aunque seas distinto del amigo de cada día. La edad de mi público, por otra parte, se presta mucho a Facebook y Twitter.
-Y para componer, ¿usa el ordenador?
-¡Qué va, si soy de papel y boli! Luego voy al estudio y lo grabo, o trabajo con el Pro Tools, pero después de componer.
-Dicen que ya no hace falta salir de casa para grabar, pero usted su disco lo hizo en tres ciudades italianas. ¿Capricho?
-En efecto, no hace falta, pero el productor era italiano y su equipo también. Pensó que las mejores cuerdas estaban en Treviso, el estudio que quería en Florencia... Y no sería yo quien me negara [risas]. Pero los estudios son cada vez más caseros.
-O sea, que las máquinas no son la panacea.
-Lo que no se puede perder es la magia, el duende y la personalidad. Si no hay ese pellizco, es tontería grabar nada. Y sí, cuanto menos máquinas, mejor.
-¿Cuánto daño le ha hecho realmente la piratería?
-Muchísimo, como a todos. Una vez pregunté en un concierto bastante multitudinario cuánta gente tenía mi disco original, y eran poquísimos los que levantaron la mano. En internet pusieron mal un título, Llovía por Lluvia, y me lo pedían por el nombre equivocado. Y no es raro que en un bar una camarera me diga ‘me encantas, me he bajado tu disco', y tienes que darle las gracias y todo.
-¿Nunca se ha bajado un disco?
-Claro, aunque desde que tengo Spotify apenas nada. Y soy muy consumidora de discos, tengo el coche lleno de carátulas por todas partes. Y soy muy consumidora de i-tunes también. Pero lo que me gusta, me lo compro. Hasta una portada bonita puede convencerme, si no cuesta 18 euros...
-¿Apoya la Ley Sinde?
-Bueno, creo que se están pasando un poco. Todo tiene que tener su lógica y su justa medidas. Son tan drásticos que abren la puerta a leyes excesivamente restrictivas, y eso no lo veo. Tampoco las prisas son buenas, no se puede entrar como un elefante en una cacharrería. Hay que estudiar el asunto poco a poco.
-¿A quién tiene en sus listas de reproducción?
-Desde la A: Aerosmith, Alejandro Sanz, Amaral, Bonnie Tayler, Ensamble Nuevo Tango, Funambulista, Luz, Malú, Manuel Lombo, Mariza, Niña Pastori, Norah Jones, Plan B, Queen, Rocío Jurado...
