Los trabajadores de la pizzería Piaccere, en el barrio del Arco Norte de Dos Hermanas, estaban ayer colocando un nuevo televisor en su establecimiento. Hace dos días entraron en el local y robaron dos televisores, algunos productos de las máquinas y el dinero de la caja registradora, que afortunadamente no era mucho, unos 100 euros. En una cervecería cercana intentaron entrar la semana pasada, pero la cancela no se pudo abrir. Y algo parecido ocurrió antes en un negocio de las inmediaciones.
El encargado de la pizzería advierte: “Hoy hemos sido nosotros, pero mañana puede ser cualquiera de los establecimientos que están por la avenida Adolfo Suárez”. Prefiere no hacerse fotografías y no dar su nombre, unos nervios que se palpan en los responsables de otros establecimientos de la extensa avenida, donde algunos ni hablan y los que lo hacen no quieren identificarse ante la prensa.
Y es que todos recuerdan los sucesos de hace dos años, cuando día sí, día también se entraba en los establecimientos de dicho viario. En una peluquería cercana a la pizzería explican que en aquella época llegaron a entrar todos los días durante una semana, algo que acabó por desesperar a los dueños de los negocios. Todas las mañanas se despertaban con alguna noticia de que un compañero había sido desvalijado.
Entre otras cosas, esto provocó que muchos colocaran mejores sistemas de seguridad en sus locales, de ahí que ahora haya también bastantes intentos de robo que fracasan. De hecho, la propia pizzería tiene cristales blindados en su establecimiento y una cancela, aunque esta vez no fue suficiente.
Eso sí, la mayoría de los empresarios reconoce que el nivel de robos en el Arco Norte es mucho menor. Incluso algunos opinan que el traslado de más ciudadanos a este entorno y el aumento de población experimentado en los últimos tiempos disuaden a los cacos. Pero el encargado de la pizzería recuerda que “la ola de robos de hace años también empezó con uno solo, pero luego hubo más”.
En la misma línea, expone que a él no le preocupa el dinero que se han llevado, sino “que nadie haga nada, que esto no se diga porque entonces va a seguir pasando”. Para agregar: “Es necesario decir que por aquí no pasan patrullas policiales prácticamente nunca, ni durante el día ni por la noche, y si lo silenciamos va a seguir pasando”.
En su opinión, “está claro que, por muy poco que te roben, tal y como está la situación económica, es siempre un problema, porque tenemos que hacer frente a unos negocios en una situación difícil”. Lo dice mientras se dispone a colocar en la pared su nuevo televisor, una inversión que en realidad no podía permitirse.
