Los vecinos del entorno de la barriada de Los Pajaritos de Sevilla, donde en la mañana del pasado jueves se registró la muerte por heridas de arma blanca de Rafael C.C., de 45 años y propietario del Bar Ruiseñor de la calle Gorrión, presuntamente a manos de su hijo, han solicitado refuerzo policial y la ejecución de labores preventivas con los jóvenes que se mueven en ambientes más marginales como posible forma de paliar este tipo de sucesos.
Uno de los portavoces de la plataforma Tres Barrios y miembro de la Mesa de Participación del Plan Integral de la zona, Fernando Armas, indicó a Europa Press que lo sucedido constituye "una más dentro de los acontecimientos violentos que suelen darse aquí cada cierto tiempo".
De hecho, la intervención de la administración en materia de seguridad es "uno de los aspectos más sensibles y que más unanimidad recaba entre los vecinos", dado que "se alude continuamente entre la gente del barrio a la sensación de inseguridad".
Por ello, Armas hizo hincapié en la puesta a efecto de aquellos aspectos contemplados en el plan integral de Tres Barrios relacionados con el incremento de la seguridad y que, al margen de las medidas ya mencionadas, pasan por la idea de un cuerpo policial más cercano al barrio, labor preventiva en materia de urbanismo para evitar lugares propensos a la comisión de delitos o actuar contra el absentismo escolar.
En este sentido, agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional prosiguen con la investigación del caso para tratar de determinar cuál fue el móvil que llevó al presunto parricida --sobre el cual pesaba una orden de alejamiento del padre-- a acabar con la vida del propietario del Bar Ruiseñor, el cual llevaba poco tiempo al frente del establecimiento.
Los hechos sucedieron sobre las 7,15 horas, cuando la víctima acababa de colocar los veladores y se encontraba en este interior del bar ubicado en la calle Gorrión de la barriada de Los Pajaritos. Según los primeros datos, el presunto autor de la muerte habría entrado en el establecimiento y, tras una discusión cuyo origen se desconoce, asestó varias puñaladas a Rafael.
Una vez el presunto agresor abandonó el bar en la motocicleta con la que se había trasladado hasta allí, la primera llamada al 091 alertando del suceso se produjo sobre las 7,40 horas, desplazándose varias patrullas poco más tarde, así como especialistas del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica.
La víctima falleció, según las fuentes consultadas por Europa Press, a consecuencia de las múltiples heridas sufridas por arma blanca --tanto en el cuello como en el abdomen--, lo que le provocó la pérdida de una gran cantidad de sangre, por lo que ingresó en el Hospital Virgen del Rocío en parada cardiorrespiratoria, donde finalmente, y a pesar de que le estuvieron practicando durante todo el trayecto tareas de reanimación, los sanitarios certificaron su muerte.