"Estaba aterrizando en Barajas cuando de repente vi al fondo una bola de humo grandísima y por la humareda que salía pensé que tenía que haber pasado algo muy gordo", así ha resumido su visión de los hechos Pedro, un piloto de Iberia, que tomaba tierra en el aeropuerto en el momento del accidente.
Este piloto de Iberia ha explicado, en declaraciones a Efe, cómo contempló el accidente del avión de Spanair cuando ayer, sobre las 14.20 horas, tomaba tierra en Madrid, y ha asegurado que en sus treinta años de carrera profesional no había visto nunca "nada igual" a lo que ayer observó cuando aterrizaba.
"Lo primero que pensé al ver salir esa enorme masa de humo fue que era de los bomberos que estaban haciendo algún tipo de prácticas en la pista, pero al ver como crecía y crecía sin parar la humareda me dije, esto tiene que ser algo mucho más grave", ha relatado el piloto.
Pedro no supo con certeza lo que había pasado hasta que llegó con su avión al aparcamiento correspondiente, "porque las cabinas están muy insonorizadas respecto al exterior", y oyó "a través de la torre de control que había habido un accidente de la compañía Spanair".
"A partir de ahí me comentaron que tenían que cerrar las dos pistas, la izquierda porque era donde había ocurrido el accidente y estaba llena de restos, y la derecha, por precaución, y para permitir el tránsito de ambulancias y bomberos que más tarde fueron llegando", ha añadido.
La interrupción de las salidas -las llegadas no sufrieron ningún tipo de alteración- duró unas dos horas y media, justo el retraso con el que Pedro partió hacia su nuevo destino, en Canarias.
"Los medios sólo hablaban todavía de entre dos y siete muertos y los pasajeros de nuestro avión iban bastante tranquilos, eso sí, la tripulación me comentó que nunca en un vuelo se había prestado tanta atención a las demostraciones de seguridad", ha comentado el piloto respecto al momento en el que despegó de Barajas .
Pedro ha señalado que el sentimiento de todos los compañeros pilotos con los que ha hablado desde que ocurrió el accidente es de "preocupación y tristeza", porque en su profesión "esto es lo más desagradable que puede ocurrir" y porque, además, "la compañía afectada está atravesando una mala situación".
Ha añadido que los pilotos reciben "rigurosos" entrenamientos cada seis meses para "estar preparados para afrontar todo tipo de averías en un avión una vez despegado, incluidos fallos en el motor y la manera de aterrizar con un motor que no funciona".
Por eso, este experimentado piloto ha opinado que sólo "una avería muy gorda, un problema del avión con muchas implicaciones o una explosión que no se puede controlar es lo que puede dar lugar a una accidente de estas características", en el que "la formación ya no te sirve para nada", ha apuntado.
