Todo parece marchar bien en el Sevilla. Los resultados son buenos, la clasificación, también, la marcha en Europa es impecable y el momento anímico, envidiable. Es el mejor momento para desplegar todas las velas, aprovechar el viento favorable y acelerar la marcha. Aunque sea a costa de un antiguo capitán del barco.
El velero del Sevilla FC ha tomado velocidad. Ya ha abandonado la navegación de cabotaje y se adentra en alta mar a buen ritmo. El viento viene de popa, las aguas están tranquilas tras haber superado algún periodo de oleaje y la embarcación mantiene el rumbo adecuado.
No hay fisuras en el casco, sus juntas están bien aseguradas y la tripulación se mantiene fiel y disciplinada ante el capitán del barco, que hasta el momento alcanza los puertos sin mayores problemas. Son ya cinco los meses que este velero sevillista no sufre ningún contratiempo, son ya más de cinco los meses (desde el 19 de abril) y diez los partidos de Liga en los que el Sevilla no conoce la derrota, un hito que puede superar hoy Manolo Jiménez, que de estibador de puerto ha pasado a comandar su nave y la tiene entre las primeras clasificadas de la Liga.
Ramón Encinas y O'Connell por un lado (de la jornada 26 de la campaña 44/45 a la novena de la 45/46) y Juande Ramos (de la jornada 32 de la 05/06 a la tercera de la 06/07) son los que hasta el momento ostentan el récord, ya igualado, de diez partidos invictos en el Sevilla, que hoy puede superar el de Arahal si no cae ante el Athletic de Bilbao.
Pero en cualquier caso hoy no basta con superar rachas, hoy solo basta con ganar, porque el gran Sevilla que quiere el club, sobre todo su presidente, tiene crisis con cada resultado inesperado, y porque el gran transatlántico que es este Sevilla tiene que superar a un Athletic de Bilbao peleón pero algo mediocre que visita hoy el Sánchez Pizjuán bajo el patrón de un viejo y querido conocido en Nervión, el utrerano Joaquín Caparrós.
Tras superar con solvencia y con nota la primera ronda de la Copa de la UEFA, el siguiente paso para el equipo de Jiménez es consolidarse entre los cuatro primeros de la Liga y seguir con su racha de victorias (tres seguidas) y su buen hacer defensivo (cinco encuentros seguidos sin encajar un gol).
Como contratiempos se encuentra el entrenador sevillista con ciertos obstáculos lógicos en cada navegación de altura que se precie. Lesiones e inconvenientes entre una tripulación en la que por espacio de dos semanas no estará Luis Fabiano, que se rompió en el Calderón y está en Brasil recuperándose.
Arrastran problemas tras fondear en Salzburgo Adriano y Crespo -aunque el de Lora está dispuesto a jugar con una férula a pesar de su fractura en la muñeca izquierda-, y parecen mejorados y ya dispuestos a arrimar el hombro Fazio, Diego Capel y Dragutinovic, ausentes sobre el césped artificial del Wals-Siezenheim.
La baja de Luis Fabiano ha coincidido, como mal menor para Jiménez, con la reaparición de una de las piezas claves de la nave para el técnico, Renato Dirnei. Ya jugó titular el brasileño como mediapunta el pasado jueves junto a Kanouté y teniendo en cuenta su buen papel y la casi veneración del entrenador por su juego hoy debe volver a ser titular, salvo sorpresa, junto al franco-malí en ataque.
En el resto de posiciones no realizará demasiados cambios el técnico, de hecho lo admitió ayer, por lo que se colige que la línea defensiva se mantendrá si Crespo puede jugar y en la medular entrará Maresca por Romaric y Diego Capel por Adriano para intentar desarbolar a un Athletic que solo ha ganado un partido pero que ha arañado dos empates en sus dos salidas.
