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Villa Pepita ya es historia

El histórico edificio de Villa Pepita acaba de ser demolido. Los arquitectos municipales intentaron rehabilitarlo, pero el mal estado de los muros aconsejaba el derribo. La previsión es construir un inmueble nuevo que imite al emblemático edificio, que además podrá alinearse con la calle Botica.

el 16 sep 2009 / 04:06 h.

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El histórico edificio de Villa Pepita acaba de ser demolido. Los arquitectos municipales intentaron rehabilitarlo, pero el mal estado de los muros aconsejaba el derribo. La previsión es construir un inmueble nuevo que imite al emblemático edificio, que además podrá alinearse con la calle Botica.

Villa Pepita se encontraba en un estado tan lamentable que ya en el proyecto de rehabilitación aprobado, los técnicos del Ayuntamiento de Dos Hermanas recomendaban su demolición, puesto que los muros exteriores estaban demasiado mal.

La promotora Clipeus cedió al Ayuntamiento de Dos Hermanas el edificio por el 10% del aprovechamiento que le corresponde de la venta de terrenos. En las naves de la aceituna que había contiguos a Villa Pepita la empresa levanta un núcleo residencial por valor de 25 millones de euros y formado por 85 viviendas y 1.500 metros cuadrados de jardines entre ellas.

Eso sí, desde el equipo de gobierno (PSOE) se optará por construir un inmueble nuevo que imitará al anterior, pero con los refuerzos pertinentes y bien alineado con la calle Botica. Dicho edificio también irá destinado a dependencias municipales, al igual que el original, por lo que podría albergar "algunos despachos y oficinas" e incluso se baraja "la posibilidad de hacer un colegio, pero todavía no está definido", según comentó ayer el portavoz del equipo de gobierno, Agustín Morón. Éste explicó que del inmueble anterior se salvó lo que se pudo. "Pero la estructura no", reconoció. De este modo, los elementos conservados de la antigua Villa Pepita, como las almenas, está previsto que se implanten en el nuevo edificio.

Villa Pepita tenía una arquitectura de tipo regional en una construcción que estaba fechada a finales del siglo XIX. Perteneció a la familia Lissen, que probablemente la adquirió de los propietarios que le dieron el nombre. Pero ni siquiera el cronista oficial del Ayuntamiento de Dos Hermanas, Pedro Sánchez, pudo averiguar quién era "la tal Pepita, que vivía allí". En este sentido, el cronista relató: "Llegué a preguntárselo a los herederos, pero no sabían tampoco quién era". Durante años el edificio estuvo ocupado por la peña bética de Dos Hermanas, por lo que era un lugar muy frecuentado y querido por muchos ciudadanos.

Sí se sabe, en cambio, que el espacio donde hoy se están levantando viviendas eran almacenes de aceitunas, y los habitantes del caserón controlaban desde allí su negocio, que es el que históricamente nutrió la economía de este municipio del área metropolitana.

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