Cofradías

Y el aguacero que arreció fue solo de críticas

No se entendió el lucimiento de los pasos de la hermandad mientras hacía esperar a La Lanzada.

el 28 mar 2013 / 00:22 h.

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Llevaba la hermandad de Los Panaderos apenas una hora en la calle cuando decidió suspender su estación de penitencia. El culpable, un inesperado aguacero que duró pocos minutos pero cuya intensidad y, sobre todo, la cercanía de los pasos a su capilla, la de San Andrés, en la calle Orfila, hicieron que se replantease la salida. Pero las críticas no le llovieron por eso. Le cayeron a mansalva, y se escenificaron en la calle y en las redes sociales, que hervían, por la indignación generalizada que causó que durante el regreso a su templo se recreara con continuas marchas y andares para lucir el paso de misterio cuando en realidad se le pedía que volviera a un ritmo rápido para no entorpecer a La Lanzada, máxime cuando no estaba despejada la amenaza de lluvia. Y es que la Cruz de Guía de la hermandad La Lanzada se veía obligada a esperar, a pie parado, y agrupando los nazarenos en fila de a tres a que discurriera el cortejo de Los Panaderos para poder continuar con su itinerario abreviado para evitar mojarse. Y lo que no se recordaba sucedió. Una pitada del público presente en la esquina de la calle Laraña con Orfila y con Cuna, que coincidió justo con la lluvia que arreciaba y mientras la Virgen de Regla se acercaba a ritmo de marcha y sin las prisas que se le presumían. Los nervios afloraban ante la desesperación por la calma con la que los pasos de la capilla de San Andrés se tomaban la vuelta a casa sin pensar en nada más. Reacción tardía además del delegado de día, que tardó en reclamar al capataz Juanma Martín que acelerase el paso. Solo entonces empezó a resonar el sonido de tambor. A las 23.10 horas entró el misterio en su capilla y quince minutos más tarde lo hacía la Virgen de Regla, en otro Miércoles Santo que pasará a la historia por el desconcierto generado. Suma, así, por segundo año consecutivo el protagonismo de la polémica, después de que en 2012 se retrasara la recogida de la hermandad por una pelea en el entorno de Orfila que se saldó con un detenido. Nada de esto podía imaginarse cuando pasadas las nueve y media de la noche, en la capilla de San Andrés se contenía la respiración para atender cómo la inmensidad del paso del Prendimiento del Señor obraba el milagro de salir por la puerta, recibido con un aplauso de la multitud que se arremolinaba en su entorno. Media hora después, un leve chispeo hizo acto de presencia justo en el momento en el que salía el Palio de la Virgen de Regla. El principio del fin.

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