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Y se estropeó el taxímetro

La salida de Mairena y Tomares del servicio de taxis puesto en marcha para el Aljarafe amenaza con poner fin al área de prestación conjunta ideada hace 22 meses

el 19 dic 2009 / 19:22 h.

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El Aljarafe se quedó sin taxímetro. El invento de un servicio del taxi que rompiera las barreras locales y, de paso, relajara la confrontación entre los taxistas se estropeó a los 22 meses de vida con el lunar en el mapa de Mairena del Aljarafe y Tomares, que abandonaron sin previo aviso el área de prestación conjunta. Pese a la premura, es la crónica de una retirada anunciada desde hace meses, cuando los taxistas de Mairena airearon su rechazo, con los de Tomares y Bormujos, sobre el servicio y propusieron una división en dos coronas.

Pero, pese a las críticas, nadie podía imaginar que el municipio que abanderó la alianza entre taxistas sería el primero en abandonar el barco. Y es que fue Mairena del Aljarafe, junto a San Juan de Aznalfarache -dos de los tres con más licencias-, los que hace cinco años idearon este servicio conjunto, aunque en 12 municipios de la primera corona. Esa fórmula, defendida para prestar mejor servicio a la ciudadanía y limar la confrontación que había hasta entonces entre los taxistas por la competencia entre los pueblos, tuvo su continuidad con el aval de Obras Públicas y luego de la Mancomunidad del Aljarafe, que ampliaría el espectro a los 31 pueblos del Aljarafe.

Ahí se cultivó el germen que ahora brota en forma de, en principio, salidas precipitadas. Los taxistas de Mairena ya dudaban de la validez del mapa del taxi incluso antes de la puesta en marcha del área. Pese a ello, votaron a favor de la regulación y, por ello, dieron carta blanca a su máxima: todo taxi podía recoger a un cliente en cualquier punto del Aljarafe. Y, tras ese reto, llegaba el resto: abaratamiento de la tarifa, una emisora única y una prestación de calidad a los más de 300.000 vecinos de la comarca.
El servicio funcionó en principio y hasta taxistas de Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra e incluso Utrera daban el paso al frente para unirse y crear un verdadero servicio metropolitano. El único reacio fue Sevilla, que se veía lo suficientemente saturado -2.200 licencias para 700.000 habitantes- como para sumar 135 licencias a su oferta, que son las que operan en el Aljarafe. Demasiada competencia.

Precisamente la competencia, esa misma que se quiso apaciguar con el servicio conjunto, ha terminado por dejar cojo el área de prestación conjunta. El presidente del la Unión del Taxi del Aljarafei, Carlos Sousa, es claro al respecto: "El taxi está dividido". Mairena del Aljarafe, Tomares y Bormujos se quejaron amargamente de la saturación de taxis, provocado "por los coches de la segunda corona", que recogen clientes en sus términos. Eso derivó en conflictos en los que tuvo que intervenir la Guardia Civil. Al otro lado de la balanza está el colectivo con licencia en la segunda corona, que defienden que si se nutren sólo con la clientela de sus territorios irían a la ruina y, por tanto, la mayoría se agarra a un área que le permite ir con libertad por el territorio. Eso sí, "más regulada". En ese punto, es en el que coinciden todos: un deseo de más regulación de las licencias y el servicio para que sea de calidad.

En cualquier caso, el debate se enciende con el dinero. Cuando se han disparado las diferencias ha sido en este año 2009, el de la crisis, que ha provocado un descenso de los usuarios; y del Metro, que ha contribuido a esa bajada, en especial donde hay dos paradas: San Juan de Aznalfarache y Mairena del Aljarafe. Tanto es así que el negocio ha caído cerca de un 40%.
La Mancomunidad del Aljarafe se debe enfangar ahora en una pelea que se desató en junio, cuando Mairena presentó aquella propuesta de división en dos coronas, que recibió el respaldo inicial de más de 50 taxistas, pero que fue contrarrestada por otra iniciativa, avalada por 73 firmas, de mantener la estructura actual.

Pese a ser minoría, Mairena es el tercero con más licencia (25), tras San Juan de Aznalfarache y Camas, y su ausencia puede hacerse notar en el servicio, que tendrá que atender a 300.000 habitantes con cien conductores. También trae la posible merma del servicio en Mairena, que sus taxistas se apresuran en negar e incluso dicen que pedirán que su marcha no afecte ni en la tarifa ni en el conocido retorno.

Al menos Mairena tiene suficientes licencias y la demanda cubierta. Caso bien diferente es Tomares, cuya marcha hace más daño. Sólo tiene cinco licencias y su retirada deja un servicio escaso a una población de 20.000 habitantes y cercena al resto de taxistas el poder cubrir esa demanda. Algo similar pasaría en Bormujos, con cuatro licencias. Allí piden al Consistorio que siga el mismo camino que Mairena y Tomares. En todo caso, estas rupturas no se materializarán hasta dentro de unos meses, cuando se culmine toda la tramitación.

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