Cultura

«Ya quisieran muchos palos flamencos tener la riqueza que tienen las sevillanas»

Entrevista con Pascual González, miembro de Cantores de Híspalis, grupo señero de las sevillanas que ha llevado la bandera de la ciudad por todo el mundo.

el 10 may 2014 / 23:11 h.

Pascual González, trovador, cantante, uno de los rostros más conocidos de Cantores de Híspalis. / Juan Carlos Cazalla Pascual González, trovador, cantante, uno de los rostros más conocidos de Cantores de Híspalis. / Juan Carlos Cazalla

De Los Macarenos a Cantores de Híspalis ha habido un largo trecho. Comenzaron en 1976 cantando con músicos de rock duro contra la opresión y en favor de la solidaridad. Luego, ya en Cantores, se fueron consagrando año tras año como el grupo más emblemático de las sevillanas. Lo han hecho todo en nombre de este género y han pisado los escenarios más inverosímiles. Por ello sus voces son unas de las más autorizadas a la hora de hablar del aquí y ahora de las sevillanas; esa que siguen llevando por los cinco continentes.

¿Cómo se lleva eso de que la Feria de Abril caiga en Mayo? No pasa nada. Una semana entre Semana Santa y Feria apabulla a cualquiera. Además, las tres palabras Feria de Abril componen una marca en todo el mundo. Muchos pueblos la celebran en diferentes fechas del año. Sirva el ejemplo: nosotros, los Cantores de Híspalis, inauguramos y apadrinamos el viernes, 8 de mayo, la Primera Edición de la Feria de Abril de Tarragona.

Sevilla es la cuna de las sevillanas, sí, pero también estas tienen muchas derivadas... Por supuesto. Naturalmente me refiero a la sevillana con denominación de origen. Sevillanas corraleras que siguen naciendo de los catones que nos legaron nuestros mayores. Después, existe un gran ramillete de variedades: rocieras principalmente, serranas, marineras, cofrades, vanguardistas, etc, etc, que se extienden por Andalucía y por muchos puntos de España.

¿Deberían ponerse las pilas las instituciones y apoyar de una vez por todas el género? Las sevillanas han aportado muchos ingresos en Andalucía. Hay una gran industria detrás de las mismas. ¿Qué sería de una Feria sin sevillanas? Vestidos de flamencas con todos sus atavíos y complementos, trajes cortos, guitarras, castañuelas, cajones, etc. Todavía estamos esperando aquello que anunció la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a través de su entonces consejero Paulino Plata de que la Sevillana seria nombrada bien de interés cultural. Aunque el mayor beneficio que recibirían las sevillanas sería que las fomentaran desde todos los ángulos posibles para que sigan vivas. Siempre he dicho y me reitero que cualquier pueblo de la tierra daría oro molío por tener una danza, que además es copla, tan maravillosamente hermosa como la Sevillana.

¿Reciben más palmadas en la espalda que ayuda decidida? Últimamente ni palmadas en la espalda. Resulta curioso que la Radio de la Universidad de Estocolmo o el Estado de Connecticut en Estados Unidos nos entregue a Cantores de Híspalis un reconocimiento por la labor del grupo en la defensa de nuestro folclore, y en nuestra tierra nos ignoren. Siempre digo que a veces el bosque no deja de ver los árboles.

¿Por qué hay grupos tan efímeros? En esta tierra hay mucha gente que canta y que además, canta bien. Formar un grupo de sevillanas se hace en una esquina, es fácil. Después vienen las complicaciones de subsistir. Es muy difícil ser profesional. De hecho hay muy pocos profesionales de las sevillanas que nos dediquemos exclusivamente a la música. La respuesta a tu pregunta es fácil: se aburren y abandonan.

¿Es frustrante que pese a que escriben muchos temas nuevos los 10 o 20 de siempre son los que mejor siguen funcionando, los que la gente espera sí o sí? Desde que desaparecieron los programas especializados en las sevillanas, desde que las discográficas no apuestan por el género, desde que España se saturó por los cientos de discos que abarrotaron el mercado careciendo de calidad y de estilo, no era lógico que el 80 % de los artistas del país grabaran sevillanas… Desde entonces, aunque siguen saliendo sevillanas con todos los ingredientes para ser populares, no lo son porque no hay caminos para promocionarlas y darlas a conocer al gran público. Razón poderosa que hace que el Top Diez de Sevillanas sea eterno.

El flamenco casa bien con experiencias experimentales: danza, arte contemporáneo, música clásica, etc… ¿La sevillana es un género más cerrado, más reacio a la fusión? Rotundamente no, de hecho nuestro disco Danza fue la primera producción andaluza con una orquesta sinfónica, concretamente la Royal Philharmonic Orchestra de Londres… Luego vinieron otras grabaciones con la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles, los Coros del Ejército Ruso de Moscú, la Orquesta Sinfónica de Miami, la London Simphony, la Orquesta Al Hilal de Casablanca, los Calchakis, etc, etc. Nosotros siempre nos hemos considerado músicos de fusión. Nuestra extensa discografía lo avala, pero no se te olvide lo de las «puertas cerradas» por los promotores flamencos. Y es curioso que éstos, omito nombres, también coquetearon con las sevillanas en algunas de sus producciones. Es muy ingrato.

En toda su extensa experiencia en el extranjero, ¿qué momento recuerdan de mayor surrealismo sobre el escenario? En el Royal Albert Hall de Londres, cuando comencé el poema que precede a la sevillana cofrade El puente te está esperando. Ya me había ocurrido en otros lugares nacionales pero nunca podíamos imaginar que al decir «Son las cuatro de la tarde» el público que llenaba esa exclusiva bombonera londinense explotara en ovación.

¿El proyecto La gran fiesta de las sevillanas es la summa total de Cantores de Híspalis? Ni mucho menos. Aclaro que La gran fiesta de las sevillanas no es un disco, es una trilogía tan caprichosa como estupenda que nos ha colmado de satisfacciones. Nosotros vivimos siempre pensando que lo mejor está por llegar.

¿La competencia entre los grandes de antaño persiste o ya se ha amainado? Cantores de Híspalis nunca intervinimos en esa competencia que realmente existía pero que los propios competidores, con una generosidad que siempre agradecimos, nos excluían de la misma. Los tópicos de «son otra cosa», «lo suyo es diferente», «no tienen nada que ver» nos individualizaron y sembramos nuestro exclusivo sendero que aún guardamos como oro en paño y en el que nunca oteamos siquiera a ningun guerrero con ánimos de conquista.

Ustedes aman Sevilla pero después de tanto viajar estoy seguro que habrán conocido otras ciudades que rivalicen en belleza. Los cascos antiguos de Londres y Paris, las recoletas calles, bajo soportales, de Berna, la magnificencia neoyorquina, pero todas ellas carecen del azul exclusivo de nuestro cielo, del aroma de nuestras calles y de un don especial que solo se puede tener sobre las enaguas de la Giralda. Creo que ni los sevillanos sabemos que vivimos sobre uno de los mayores tesoros urbanísticos y monumentales del planeta.

¿Sería bueno que pudieran actuar en un festival como Territorios, abriéndose así a públicos alternativos? Sería genial. Nos encantaría. Si no fuera porque en nuestra tierra nos encanta encasillar, avanzaríamos mucho en la música, sin concretar géneros.

¿Por qué fueron revolucionarios en sus comienzos? Por todas las cosas que te he contado, por nuestras ascendencias musicales, por nuestras eternas inquietudes de fusión… Comenzamos grabando Cosas de mi tierra un disco de canciones de reivindicación social con músicos de rock duro. La democracia nos cortó las alas de nuestras protestas y nos fuimos a trabajar a Zurich, donde compuse un disco de sevillanas, en aquel tiempo muy vanguardista, que grabamos en una iglesia de Kusnacht, convertida por Tony Braun en estudio. Podría seguir pero sería largísimo. Bastan los inicios para poder oler la madera de la que estamos hechos.

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