Cultura

"Yo no hago cine social, no me interesa para nada esa etiqueta"

Entrevista a Fernando Franco, director sevillano y montador de cine. Si hay alguien que haya sido especialmente feliz con el recién clausurado Festival de Cine Europeo sin haber participado es él.

el 17 nov 2014 / 13:00 h.

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Fernando Franco ha regresado estos días a Sevilla con motivo del Festival de Cine. / José Luis Montero Fernando Franco ha regresado estos días a Sevilla con motivo del Festival de Cine. / José Luis Montero Si hay alguien que se haya ido especialmente feliz del recién clausurado Festival de Cine Europeo de Sevilla sin haber llegado a participar en él es Fernando Franco, director sevillano que al inicio del certamen se llevó una doble alegría: en los premios EFA de la Academia Europea de Cine le nominaban a mejor director debutante por su película ‘La herida’, cuya protagonista, Marian Álvarez, también optará a ser elegida como la mejor actriz europea. Con La herida, su primera película, ya se llevó este año dos Goya en las mismas categorías en las que ahora aspira a repetir en el ámbito europeo. Lo que se dice llegar y besar el santo. Estas nominaciones servirán para revitalizar la película, ¿no? Pues sí, porque se acaba de cumplir un año desde que empezó su gira, que arrancó en el Festival de San Sebastián del año pasado, y ya ha tenido un gran camino por muchos festivales. Ahora estas nominaciones EFA son un fin de fiesta estupendo, ya de por sí estar nominados es un premio porque no nos lo esperábamos. Esto le puede dar una segunda vida a la película. ¿Cuál le hace más ilusión? Pues los dos por igual. Marian es la película en sí, que está construida sobre ella, sobre su rostro, sobre su personaje, me alegro muchísimo por ella. Lo de la nominación al mejor debutante lo entiendo como un premio a toda la película, a todos los que hemos participado en ella. La verdad es que ambos premios son una combinación perfecta. ¿Y cuál se esperaba menos? Hombre, la categoría Discovery la elige un comité especializado y sabíamos que estábamos en el mogollón de las candidatas. Para actrices había 40 preseleccionadas, la competencia era tan dura que no pensábamos que saliera, hay un nivel muy alto, con actrices muy buenas, que Marian lo es, pero que además son famosas a nivel internacional y ella no tiene todavía un nombre que resuene tanto. La herida no deja de darle satisfacciones... Nos está sorprendiendo mucho, porque cuando hacíamos la película no teníamos ni distribución, y ni siquiera pensábamos que fuera a tener una carrera comercial, este recorrido de premios… Nos han dado el Premio Forqué de los productores o el Fotogramas de Plata, que son más para otro tipo de películas. Y todo con una película que no es precisamente fácil de ver. En principio iba a ser un documental, estuve investigando y al final decidí hacer una ficción, pero quería que fuese rigurosa con lo que planteaba. Eso implica que no es complaciente ni blanda, eso sería pervertir, edulcorar este problema. ¿Cree que todo esto le dará más facilidades para producir nuevos proyectos? Hay que tener en cuenta que con La herida hice lo que quería hacer, soy consciente de que es una cinta viable como primera película, pero es que mi siguiente proyecto es casi más pequeño todavía. Ahora ya la estoy escribiendo, espero poder empezar a rodar para 2016. Después de La herida le apetecerá algo más suave, ¿no? Pues es un drama también, de hecho se llama Morir, sobre una pareja joven que tiene que afrontar la enfermedad y la pérdida de uno de ellos. Como ves es otra comedia… pero es que es lo que me gusta como espectador y lo que me sale cuando me pongo a escribir. Yo no pienso que haga cine social, no me interesa para nada esa etiqueta, eso del cine con mensaje no me gusta porque prefiero que cada uno saque sus conclusiones. Igual un día hago una comedia para resarcirme, o igual si ésta me sale mal acaba como una comedia… Con películas tan espaciadas le va a ser difícil vivir de esto... Es que mi oficio es el de montador, vivo de eso, ahora de hecho estoy montando una peli y una serie. Cuando termino de montar es cuando empiezo a escribir. La de montador no es que sea una profesión muy conocida fuera del oficio. Pues sí, porque la gente no sabe si lo que haces es apretar botones a las órdenes del director. Creo que es algo fundamental, yo mismo cuando dirijo siempre trabajo con un montador aunque yo lo sea, porque te aporta una perspectiva y una distancia, tú como director estás intoxicado con la película. Alberto Rodríguez, Paco Cabezas, Paco León, Santi Amodeo, usted mismo, ¿a qué cree que se debe que hayan salido tan buena tanda de directores desde Sevilla? Pues porque hay talento, en Sevilla ha habido siempre una comunidad con ganas de hacer cosas en común, con inquietudes. Yo soy posterior a algunos de ellos, pero he coincidido con otros como Álex Catalán [director de fotografía], gente que ha contribuido a que aquí haya una sensación de comunidad. A eso ayuda a que cuando hemos crecido había bastante actividad cinéfila en Sevilla, como los cineclubs en algunas facultades, el de UGT, había una inquietud cinéfila importante. Mi caso es un poco más raro, estoy a caballo porque me fui pronto a Madrid, pero en Sevilla hay un núcleo duro y resistente.

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