Cultura

"Yo no soy de Cádiz ni de Sevilla: soy de Sharon Stone"

Rafael de Cózar regresa a la poesía con ‘Los huecos de la memoria’.

el 04 feb 2012 / 19:57 h.

Rafael de Cózar, un creador a medio camino entre la poesía y las artes visuales.

No será acusado Rafael de Cózar, como lo son otros poetas, de tener demasiada prisa por publicar. Su obra ha sido escanciada con cuentagotas en los últimos años, y por si cupiera alguna duda su último libro, Los huecos de la memoria (Ediciones en Huida), ha tenido que esperar nada menos que tres décadas en el cajón.

“Me cuesta mucho sacar un libro que dé por terminado, es decir, un libro unitario. A lo largo de estos años me han ido pidiendo poemas sueltos para revistas, he publicado algunas antologías, pero no un libro entero y cerrado”, explica el autor. Éste, que quedó finalista de los premios ricardo Molina y Rafael Montesinos, ha tenido que esperar, pero cuando me llamaron para sacarlo a la luz seguía siendo inédito en un 80%”.

Cózar (Tetuán, 1951) recuerda que este libro tiene una notable relación con El corazón de los trapos, la novela que le valió el premio Mario Vargas Llosa, y que escribió hace ya 18 años. “Es la versión poética de la novela”, declara. “Todos mis libros, desde Ojos de uva a Entre Chinatown y Riverside, están basados en alguien, implicados en una circunstancia vital propia, en una etapa de mi vida. La experiencia es fundamental, pero no hay que olvidar que un libro es un objeto literario y artístico, en el que hay que tomar distancia”.Tanta distancia, que al asomarse ahora a las páginas de Los huecos de la memoria Rafael de Cózar siente “como si estuviera leyendo a otro. Me siento al mismo tiempo lejos y cerca de aquel que lo escribió”.

Por otra parte, el lector encontrará junto a una primera parte de poemas propiamente dichos una generosa serie de poemas visuales, realizados en distintas técnicas, que forman parte fundamental de la producción de este autor. “Desde niño me he dedicado a la pintura, Van Gogh era mi padre, mi abuelo y mi santo. Luego llegué a la que yo llamo mi familia, Lovecraft, Mallarmé, Baudelaire, los malditos y por supuesto nuestro Carlos Edmundo de Ory. Tengo con todos ellos una vinculación muy fuerte, y creo que se nota”, agrega.

“Cuando vivía en Cádiz, ganaba incluso medallas de pintura”, prodigue Cózar. “Ya entonces quería unir las dos cosas, hasta que me di cuenta de que era algo que se había hecho siempre. Me interesó mucho esa línea de investigación, pero hasta hace unos años era casi imposible publicar poesía visual en buenas condiciones”.

Interesado desde hace mucho en las nuevas tecnologías, el poeta trabaja ahora “en el libro completo, que se descargará en el tablet y contendrá poesía, imagen y música. Yo seguiré leyendo novelas en papel, pero una enciclopedia jamás: me niego a sacrificar un bosque para hacerlo”, asevera el poeta.

Por último, cuando se le pregunta a Rafael de Cózar por su condición de hombre fronterizo, sonríe: “Yo estoy ya incluso fuera de las fronteras, nadie sabe dónde ubicarme. Nací en Marruecos, procedo de los Sievert alemanes, me crié en Cádiz y llevo ya muchos años viviendo en Sevilla. Pero no soy ni de Cádiz ni de Sevilla, yo sólo soy de Sharon Stone”, apostilla.

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