El presidente destituido de Honduras, Manuel Zelaya, admitió ayer como una posible solución al conflicto de su país la celebración de unas elecciones anticipadas, siempre y cuando las convoque el Gobierno legítimo que él representa.
Tras reunirse con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, Zelaya anunció que hoy viajará a Costa Rica para iniciar las conversaciones con el actual Gobierno, en las que actuará de mediador el mandatario costarricense Oscar Arias.
Mientras tanto, la primera dama de Honduras, Xiomara Castro, explicó ayer que lo único no negociable es que su esposo no sea restituido en su puesto. Castro encabezó ayer una marcha de seguidores de su esposo, y se preguntó "si hay cuentas del presidente, ¿por qué no permiten que venga a defenderse?", "¿cuál es el miedo de que el presidente venga?".
Entre centenares de personas que coreaban consignas a favor del presidente Zelaya y saludos a ella como primera dama, afirmó que "no era posible que yo estuviera refugiándome y que hubiera hombres y mujeres arriesgando su vida", exigiendo el regreso de su marido al poder. "No tengo miedo", añadió.
