La sede de la Capitanía General de la Fuerza Terrestre, ubicada en el edificio monumental de la Plaza de España, en Sevilla, alberga desde este martes y hasta el jueves el congreso internacional sobre arquitectura contemporánea en ciudades con paisajes históricos que el Ayuntamiento hispalense, gobernado por Juan Ignacio Zoido, prometió a las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco). Ideas como el "equilibrio" entre el urbanismo moderno y los paisajes históricos, la "evolución sostenible" y la renuncia a relegar a meros "museos" las ciudades históricas han marcado el acto de apertura. Las conferencias responden al compromiso adquirido en 2012 por el Ayuntamiento de Sevilla con la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura, en el marco de la decisión de este organismo internacional de no incluir a los monumentos sevillanos declarados Patrimonio de la Humanidad en la lista del patrimonio mundial en peligro. EL CASO DE LA TORRE. Y es que la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias de Sevilla, principales monumentos de la ciudad, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1987. Su destino como Patrimonio Mundial ha estado marcado por la torre de 178 metros de altura que promovía Cajasol-Banca Cívica, ya fagocitada por CaixaBank, en el sector sur de la isla de la Cartuja, una localización que dista aproximadamente 1.600 metros del enclave del casco histórico de Sevilla donde se alzan los citados monumentos. Porque la propuesta de resolución elevada a debate en junio de 2012 en la XXXVI sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, defendida de hecho por el Centro de Patrimonio Mundial, consideraba que el proyecto de la torre supone un "impacto visual altamente adverso" sobre la localización de estos monumentos y su relación con el río Guadalquivir y el resto de monumentos de la ciudad. LAS RECOMENDACIONES DE LA UNESCO. La propuesta, así, abogaba por incluir a estos monumentos en la lista del Patrimonio Mundial en peligro y reclamar a España, como estado miembro de la Unesco, la "suspensión inmediata de todo trabajo" en la torre, diseñada por el arquitecto César Pelli. Esta propuesta, no obstante, no prosperó y la resolución definitiva de la Unesco daba cuenta del "impacto visual altamente negativo" del proyecto, pero sólo reclamaba una serie de medidas para "evitar desarrollos similares en el futuro" y mitigar los efectos visuales de la torre sobre el paisaje histórico. El documento de la resolución, además, también tomaba "nota" del "ofrecimiento" de Sevilla para organizar un "encuentro internacional para estudiar el asunto de la arquitectura contemporánea en ciudades con paisajes históricos". SEVILLA Y LA UNESCO. Dado el caso, la Capitanía General de la Fuerza Terrestre, bajo los auspicios del Ayuntamiento hispalense, acoge hasta el jueves tres jornadas de conferencias correspondientes al "Encuentro internacional de arquitectura contemporánea en ciudades históricas". Durante la apertura del congreso, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha rememorado de soslayo el mencionado conflicto de la torre, aunque sin aludir a ella, y ha reconocido la labor de la Unesco en la salvaguarda del patrimonio histórico. El alcalde ha defendido los numerosos activos monumentales y patrimoniales de Sevilla y, en ese sentido, ha advertido de que "la identidad y el patrimonio son construcciones sociales", lo que le ha llevado a proclamar las ciudades "como espacios de vida" y no como meros "museos". Zoido, así, ha defendido las "contribuciones" del urbanismo moderno pero ha señalado que, a la hora de planificar el urbanismo en ciudades monumentales o con paisajes históricos, es necesario lograr "un maridaje perfecto" entre arquitectura contemporánea e historia. "EVOLUCION SOSTENIBLE". Se trata, así, de plantear el desarrollo de las ciudades históricas desde la "evolución sostenible", todo ello al objeto de "evitar las disonancias urbanas". En la misma línea ha hablado Jesús Prieto de Pedro, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas. Y es que, a su juicio, es necesario fomentar "una convivencia pacífica de los distintos estratos de la ciudad" en una "integración continua" siempre marcada por la protección del patrimonio histórico y el "desarrollo sostenible". Prieto de Pedro ha admitido que resulta complicado tratar el avance de la arquitectura moderna en ciudades con paisajes históricos, explicando que las primeras recomendaciones de la Unesco se remontan a 1972. Ya en 2005, como ha recordado, la Unesco adoptó en Viena el memorando "Patrimonio Mundial y arquitectura contemporánea. Controlando el paisaje urbano", toda vez que en noviembre de 2011, la Conferencia General de la Unesco adoptó una "recomendación" expresa sobre el paisaje urbano histórico para tratar de establecer "equilibrios" entre la protección del paisaje histórico y la arquitectura moderna. "Este equilibrio requiere de grandes dosis de creatividad", ha manifestado. HAY QUE CREAR "HERRAMIENTAS". En ese sentido, ha reconocido que, a día de hoy, "no se han desarrollado mecanismos que permitan medir el impacto real de las nuevas construcciones sobre el paisaje urbano". Karim Hendili, director de Ciudades del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, ha manifestado por su parte que las políticas de "desarrollo" necesitan incorporar siempre "los valores del patrimonio histórico", mencionando la recomendación emitida al respecto por la Unesco en 2011 y la necesidad de crear "herramientas" que permitan a los gestores públicos promover un "desarrollo sostenible" de las ciudades históricas.