Las puertas están cerradas y la llave «subcontratada»

Los países de origen de los refugiados que llaman a Europa están inmersos en conflictos gravísimos. Aún así, el acuerdo con Turquía los ‘aparca’ en Anatolia

27 feb 2017 / 18:17 h - Actualizado: 27 feb 2017 / 18:17 h.
"Refugiados"
  • Cabecera de la manifestación celebrada ayer en Sevilla, como en otras 119 ciudades europeas, para demandar que la UE acoja a los refugiados. / Jesús Barrera
    Cabecera de la manifestación celebrada ayer en Sevilla, como en otras 119 ciudades europeas, para demandar que la UE acoja a los refugiados. / Jesús Barrera
  • Chaqueta con un lema de apoyo. / Jesús Barrera
    Chaqueta con un lema de apoyo. / Jesús Barrera

Europa está viendo padecer a decenas de miles de personas que en los últimos dos años intentan entrar, como sea, en la zona de confort donde 500 millones de personas han olvidado lo que es vivir en guerra o que se llegue al exterminio físico por las ideas, los gustos sexuales o la religión.

¿De dónde vienen? Rafael Fernández es un periodista conmovido por lo que ocurre con los refugiados y ha dedicado un capítulo de la tesis doctoral que leerá próximamente al tratamiento informativo que se está dando a los refugiados y movimientos migratorios en los medios de comunicación árabes e iraníes. También es profesor de periodismo en Eusa, y ejerce en Canal Sur.

El sinónimo oficioso de refugiado es sirio. Siria lleva en guerra casi seis años, explica Fernández. Una guerra que tiene detrás una sequía atroz y entre bambalinas, aunque de forma cada vez más evidente, los manejos de Irán frente a Catar y Arabia Saudí por la hegemonía en la región. Este estudioso habla incluso de un «conflicto mundial» desde el momento en el que en Siria comienzan a intervenir actores como Rusia –en especial, tras la anexión de Crimea y con la excusa de defender su única base en el Mediterráneo, Tartus en suelo sirio– y con EEUU, que quiere ampliar en Asia sus zonas de influencia.

En ese escenario a los sirios los bombardean «y no pueden huir al este: Irak también está en guerra. Al norte tampoco: el Kurdistán turco también es un foco de tensiones», explica este estudioso de los refugiados. Les queda Europa, y por ello la llegada comienza a ser masiva precisamente desde febrero de 2015.

Su primer destino es un país que en esas fechas estaba roto: Grecia, con problemas sociales gravísimos (que no ha superado aún y que se enfrenta al cuarto rescate en este 2017). Las autoridades griegas se ven desbordadas y el río humano sigue avanzando, en dirección a los Balcanes, un pasillo hacia la Europa más próspera. Allí las autoridades comienzan a impedir la entrada de refugiados en Hungría, el primer país que colocó una valla contra los refugiados.

De ese tapón nacen escenarios tan dantescos como Idomeni o las islas frente a la costa turca, «hasta que Turquía y la UE firman el acuerdo de la vergüenza que detiene gran parte del flujo en territorio anatolio».

Pero no todos los refugiados son sirios. Muchos provienen de Irak, de Afganistán, de Irán y Pakistán. Los dos primeros países viven situaciones de guerra declarada. El primero desde 2003, el segundo las viene encadenando desde 1978. «Pero la política migratoria de Europa es taxativa y se los devuelve. Si yo pregunto a cualquiera por la calle si Irak está en guerra me dice que sí», explica el periodista; y ahí están los telediarios contando la ofensiva militar para arrebatar la segunda ciudad del país, Mosul, al Estado Islámico para corroborarlo. Pero, para la UE, Irak formalmente no está en guerra. Como tampoco Afganistán, «donde cada primavera los talibanes lanzan una ofensiva y ya sabemos lo que hacen a quien no se porta como les gusta».

Pakistán no está en guerra, pero los atentados por motivos religiosos saltan a las secciones de Internacional de nuestros medios de comunicación por su envergadura y crueldad. «La figura del asilo político acoge también a quien persiguen por delitos de odio en un régimen pseudodemocrático o dictatorial. Y aunque son menos en número, también se encuentran con las puertas cerradas los kurdos iraníes. No se puede diferenciar la situación de un sirio de la un iraquí o un afgano: todos han salido huyendo porque su vida está en peligro en su lugar de origen», remacha.

La situación actual «subcontrata con Turquía un problema que es nuestro, de la UE, que es premio Nobel de la Paz. España se comprometió a acoger 18.000 refugiados y vamos por 800. Pero renegamos de nuestros principios para no darle argumentos a partidos de inspiración nazi que están al alza. Los refugiados se han convertido en rehenes de la política barata», apostilla.