Una empresa externa testará el plan de la Madrugá

El objetivo es evitar cruces entre hermandades y dispersar grandes concentraciones de público

19 ago 2015 / 20:39 h - Actualizado: 20 ago 2015 / 21:17 h.
"Cofradías"
  • Nazarenos de la hermandad del Silencio en la pasada Madrugá. / Inma Flores
    Nazarenos de la hermandad del Silencio en la pasada Madrugá. / Inma Flores

El Consejo de Cofradías ha recurrido a una empresa independiente para que verifique la viabilidad del plan de la Madrugá para 2016, perfilado ya al completo por la junta de sección de Penitencia de dicha institución. Seprur, la misma empresa a la que el Consejo confió en 2014 el último conteo global, jornada a jornada, de la Semana Santa, será la firma encargada de testar si es factible llevar a la práctica la remodelación de la jornada planificada durante los últimos meses en los despachos del organismo de la calle San Gregorio.

Los miembros del Consejo se han ido de vacaciones con los deberes hechos. «El lunes siguiente a la Semana Santa ya estábamos reunidos tratando de buscar la mejor solución para la Madrugá», asegura el vicepresidente del Consejo y delegado de la jornada, Manuel Nieto. Finalmente, y después de numerosas reuniones, la junta de sección de Penitencia ha elaborado un proyecto de reforma de la Madrugá sobre el que se guarda la máxima discreción hasta que sea presentado a primeros de curso a las seis hermandades que integran la nómina.

No obstante, de las palabras del delegado se pueden extraer algunas conclusiones sobre cómo será la Madrugá de 2016. «En todo momento hemos procurado hacer un traje lo más parecido posible al que hay, molestando lo menos posible a las cofradías. Sin volvernos locos, pero introduciendo las modificaciones suficientes como para evitar cruces y bloqueos entre hermandades y, sobre todo, intentado dispersar las grandes concentraciones de público». (Ahora mismo son tres los cruces que más preocupan: el de la Esperanza de Triana con el Gran Poder en la calle Zaragoza; el de la Macarena con El Silencio en la calle Trajano; y el de la cofradía del Arco con Los Gitanos en la calle Cuna). Y todo ello, asegura Nieto, en aras de una «mayor seguridad para los ciudadanos».

Para rediseñar la jornada, además de disponer de los datos del conteo de 2014, el Consejo ha contado también con las conclusiones de un exclusivo estudio de la pasada Madrugá, elaborado por esta misma empresa, en el que se detallaban no solo los números de cada cortejo sino también datos en torno a las mediciones de los recorridos y de los tiempos de paso de cada cofradía dentro y fuera de la Carrera Oficial. De esta manera, sobre un plano virtual de la ciudad, Seprur está verificando la viabilidad del nuevo plan «moviendo simultáneamente cada uno de los cortejos» para comprobar que es incontestable desde el punto de vista técnico.

Nieto insiste en que «la Madrugá, por fuera, va a ser muy parecida a la que tenemos actualmente, aunque no va a ser la misma». «Se ha tratado de mantener la misma estética que hasta ahora, molestando lo menos posible a las cofradías», detalla, sin querer confirmar si las hermandades mantendrán el mismo orden en la nómina. Sí habrá, lógicamente, modificaciones de recorrido, aunque «para nada serán radicales, solo las imprescindibles». Y tampoco, según sus declaraciones, se producirá una catarsis horaria. «En la Madrugá hay lo que hay. Antes de la 1.15 horas ninguna cofradía puede pedir la venia, según el acuerdo alcanzado por las hermandades del Jueves Santo con el vicario. De manera que tenemos que ajustarnos a ese acuerdo. La primera venia se pedirá a las 1.15 horas».

Si, como parece, Seprur confirma la solvencia técnica del nuevo proyecto urdido en San Gregorio para la Madrugá, el siguiente paso establecido en la hoja de ruta que se ha marcado el delegado será su presentación, a primeros de curso, a las seis hermandades. «Vamos a aceptar sugerencias y variaciones al proyecto e incluso, caso de que no guste a las hermandades, no tendremos inconveniente alguno en guardarlo en un cajón siempre y cuando las cofradías nos presenten otro plan que sea igual de eficaz que este».

Por último, el plan será presentado, a título informativo, al Centro de Coordinación Operativa del Ayuntamiento (Cecop) por si del mismo se derivaran inconvenientes desde el punto de vista de la seguridad y la movilidad. Nieto, sin embargo, es optimista. «Estoy seguro de que no va a haber problemas. En el Cecop ya conocen un poco la idea y están muy contentos. El alcalde, a través del delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, nos hizo llegar desde un primer momento su preocupación por la Madrugá».


«NO QUEREMOS QUE SEA UN INMENSO BOTELLÓN»


El vicepresidente del Consejo de Cofradías y delegado de la Madrugá, Manuel Nieto, asegura que, pese a que el rediseño de esta jornada se ha urdido en los últimos meses en los despachos de San Gregorio sin contar con la participación de las seis hermandades de la jornada, en ningún caso se puede hablar de una «imposición». «Este proyecto hay que entenderlo como un acto de servicio más del Consejo de Cofradías, organismo que está obligado a velar por el buen desarrollo de la Semana Santa. En ningún caso, como se escucha por ahí, se trata de una imposición ni de una alcaldada».

Nieto insiste en que, entre las obligaciones del Consejo, se encuentra la de «velar por que todo salga bien». «Si las hermandades se revelan incompetentes para resolver el problema, alguien lo tendrá que hacer antes de que ocurra alguna desgracia», defiende el vicepresidente y ex hermano mayor del Museo, quien fue nombrado delegado de la Madrugá en vísperas de la pasada Semana Santa después de que el cofrade Francisco Vázquez Perea presentara su dimisión al no prosperar su plan trienal de sacrificios rotatorios, y de que el propio presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, intentara ensayar un plan bienal que fue tumbado a última hora por el Cecop. «Hemos trabajado mucho para que la Madrugá vuelva a ser la jornada más grande del año en Sevilla, con cofradías que no pierdan nazarenos a causa del miedo y evitando que el público se quede en casa para verlo por televisión. No queremos que la Madrugá se convierta en un inmenso botellón».