Esta cifra corresponde al presupuesto del Festival de Cine Europeo de Sevilla para la presente edición del 2017 según la información facilitada por el programa Europa Creativa de UE.
Al conocer la cantidad nos podemos realizar varias preguntas: ¿es adecuado al presupuesto?, ¿se cumple las funciones que tiene asignadas el Festival?, ¿qué aporta el festival a la industria del cine de la ciudad y de Andalucía?
A la primera podemos comparar este 1,2 millones de euros con el presupuestos de los otros festivales de Andalucía: el Iberoamericano de Huelva se mueve alrededor de los 400.000 euros; el Alcances de Cádiz, dedicado al documental, ronda los 150.000 euros; Cines del Sur en Granada sobre 240.000 euros; y el más acreditado de Andalucía, Festival de Málaga. Cine en Español alcanza los 2,9 millones de euros, con la particularidad de que casi el 20 por ciento de su presupuesto viene de aportaciones privadas de patrocinadores y colaboradores.
La deducción es que estamos en el FCES con un presupuesto ajustado; superior al resto de festivales de Andalucía y por debajo de Málaga. Cuestión lógica si tenemos en cuenta que desde el principio la ciudad apostó por una celebración cinematográfica pero con una gran transcendencia promocional. Objetivo que desde luego alcanza.
¿Y el FCES cumple sus objetivos? Estos se leen en su propia web: «Promover y difundir la cinematografía europea». Aquí podemos conocer si las películas premiadas en el Festival, dado que se quieren promocionar y difundir, posteriormente llegan a las salas de cine: en los dos últimos años se entregaron 26 premios de las sesiones oficiales a 24 películas de las que se estrenaron en cines de España solamente nueve.
El FCES tiene la particularidad de que presenta una sesión especial dedicada a películas que compiten a los premios de la Academia Europea de Cine que da la oportunidad de ver un panorama del cine que se produce en la UE.
Y aquí concluye la vocación europea del festival pues el resto de secciones: oficial, nuevas olas, resistencia, etc. están integradas, básicamente, por películas independientes que no tienen un recorrido en la industria del cine. Quizás ahora y teniendo en cuenta la composición de la programación sería mejor cambiar el nombre del Festival de Cine Europeo a Cine Independiente. La cuestión es que este ya existe en Gijón (Asturias).