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A la medida del barrio

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11 mar 2017 / 20:29 h - Actualizado: 11 mar 2017 / 21:01 h.
"Cofradías"

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En el viacrucis que cada año preside el titular de la hermandad de Santa Cruz estaban, antes de anoche, los que manejan los mentideros cofrades, los que impulsan la opinión y dan bola a las opiniones de peso y las versiones mayoritarias. Allí, un whatsapp comenzaba a divulgar lo que algunos ya presuponíamos de antemano: al final, el viacrucis del Santo Entierro tendría que mantenerse en los límites de la feligresía de San Andrés.

Nadie pone en duda la voluntad de la hermandad de obedecer las limitaciones que impone la Archidiócesis en este tipo de ejercicios piadosos, pero habíase extendido la opinión de que saltarse la norma, para ellos, no iba a ser tan difícil. Sin embargo, imponiéndose la cordura de la limitación diocesana, el viernes se supo un nuevo recorrido en el que, con la novedad de la estación en la parroquia, volverá a visitar la iglesia de San Antonio Abad, última sede de la parroquia de San Miguel, que vivió en dicho convento años después de un derribo del que el año que viene se cumplirán ciento cincuenta años.

Estas limitaciones nos ayudan a poner en valor ese antiguo celo de los párrocos y las hermandades sacramentales en marcar los límites de sus respectivas feligresías, algunas pequeñas, otras tan extensas como la de San Pedro, que abarca desde la propia plaza arbolada de la parroquia hasta la capilla de Monte-Sión. Esta medida, al menos en este tipo de cultos externos, va a poner en valor el derecho de los vecinos a que estas escenas tan hermosas de la Cuaresma tengan lugar en unas calles y no en otras, por muy famosas o emblemáticas que parezcan.

No, no hay que rasgarse las vestiduras. Hay que actuar con conocimiento, sabiendo defender lo que las hermandades han ido labrando y trabajando con el tiempo. Es el momento de reglamentar eso que a veces cada año cambia y puede llegar a extralimitarse. La Trinidad ha sabido hacerlo estupendamente, incorporando a sus Reglas ese itinerario del viacrucis. Cada hermandad sabe hasta dónde llega su barrio.