Viéndolas venir

Ahórrense la propaganda

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Álvaro Romero @aromerobernal1
14 sep 2019 / 09:50 h - Actualizado: 14 sep 2019 / 09:45 h.
"Viéndolas venir","Política","Reciclaje","Elecciones"
  • Ahórrense la propaganda

Si hay elecciones -que todo parece indicar que las va a haber-, si tenemos que volver a elegir sobre lo mismo, sería deseable no volver a gastar 140 millones de euros, y en última instancia, yo pediría que se ahorrasen inundar mi portal de propaganda que me sé de memoria a base de no leerla.

Quiero pensar que no estoy solo en tan humilde petición, porque volver a recibir decenas de sobres en el buzón de tu casa, con esa falsedad institucionalizada que revela la carestía del papel cuché, esas sonrisas reconstruidas de los candidatos que parecen otros -tal vez porque lo son-, ese listado de promesas de un mundo feliz, revela hasta qué punto los candidatos nos consideran, si no tontos, lentitos de reflejos. Ignoran, en cambio, nuestro derecho a la desinformación, a que no nos den la vara con sus desacuerdos cíclicos, la lata con sus pactos solo a conveniencia de sus cúpulas o de las banqueras, nuestro derecho a que no nos propaguen con sus juegos de cartas, de malabares a base de meses sin gobierno ni falta que hace, de sus finiquitos lacios como quien no quiere la cosa ni la legislatura, pero calentito sí...

140 millones de euros puede ser el presupuesto anual de una ciudad, y volver a gastar tamaña cantidad en decirnos lo que ya sabemos, en volvernos a prometer lo prometido, se parece demasiado a esa invitación de boda que nos trae quien ya se casó con el argumento manido de haber encontrado el amor de su vida, esta vez sí, aunque necesite hacer la colecta del siglo para ratificarlo.

Creo que si se ahorran ese montón de papeles en el portal de todas las casas no solo nos estaremos ahorrando cortar los árboles que luego no siembran, sino tener que llevarlos a manojos al contenedor de la esquina, con la mala conciencia de no reciclarlos, sin advertir que el reciclaje es lo que les hace falta precisamente a ellos, que llevan tantos años hablando de regeneración y vuelven a presentarse con las mismas caras, los mismos votantes, las mismas posibilidades de pacto o impacto, el mismo cinismo para no entender que la nueva política no consistía en que concurriesen más siglas a las elecciones, sino que, tras las elecciones, debían concurrir más dialogantes partidos para llegar a acuerdos que supusieran auténticos retos de la política con mayúsculas, esa a la que no le hacen falta tantos programas escritos en los portales de las casas, sino más hechos conforme a lo programado.