La Tostá

Casado tiene la lengua muy larga

Image
Manuel Bohórquez @BohorquezCas
07 feb 2019 / 12:51 h - Actualizado: 07 feb 2019 / 12:52 h.
"La Tostá"
  • El presidente del PP, Pablo Casado. EFE/Ballesteros
    El presidente del PP, Pablo Casado. EFE/Ballesteros

TAGS:

Tiene buena imagen, no es mal orador y comunica con facilidad. Gusta a las mujeres y está bien visto entre los más de derechas de su partido, pero se exalta con facilidad y a veces se le va demasiado la lengua contra Sánchez o cualquiera que no sea de su cuerda. Demasiado radical para un partido, el Popular, que debería meter el pie en el freno de la radicalización porque tiene demasiada mugre pegada al costillar y basura debajo de las alfombras de Génova para enterrar la Giralda. Es legítimo que Casado critique al actual presidente del Gobierno, porque, además, tiene motivos de sobra para hacerlo, pero lo hace en un tono que preocupa bastante y habla de “echar a Sánchez de la Moncloa” con una mirada golpista que da miedo. Casi la misma que tenía el propio presidente cuando decía que había que echar a Mariano Rajoy del Gobierno de la manera que fuese, “para enseguida convocar elecciones”. Cuidado con esto, con echar de cualquier manera a los presidentes, porque no trae nada bueno quitarles las veces al pueblo o al Parlamento. No pasa nada porque quieran calentar la calle contra Sánchez, como están haciendo Partido Popular y Ciudadanos, convocando incluso una manifestación para este domingo junto a Vox. Es algo que forma parte del juego de la política y si ahora lo está haciendo la derecha, también lo ha hecho la izquierda en otras ocasiones, a veces poniendo hasta autobuses gratis y bocadillos de mortadela. Los ciudadanos están hartos de la política, pero si los dejan solo para pagar impuestos y meter la papeleta en una urna cada cierto tiempo, acabarán por aburrirse del todo. Casado le resta importancia a que le llamen radical, porque “esta palabra viene de raíz”, ha dicho. El radicalismo político proviene de los siglos XVIII y XIX, tiene que ver también con la intransigencia y está emparentado con el fundamentalismo. ¿Tiene sentido, pues, el radicalismo de Casado en pleno siglo XXI? Que se lo haga mirar bien, que es un chico muy majo.