Como si hablasen del ‘Big Bang’

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26 feb 2019 / 07:35 h - Actualizado: 26 feb 2019 / 11:29 h.
"Opinión","Televisión","La vida del revés"
  • Una fallera ante un’ninot’ de Belén Esteban. / Efe
    Una fallera ante un’ninot’ de Belén Esteban. / Efe

Miro poco la televisión aunque reconozco que algunas cosas de las que veo en la pantalla me fascinan. Durante las últimas semanas he visto a herreros hacer espadas manejándose en la forja más que bien, he visto cómo la gente vende o empeña sus cosas regateando con el usurero, he visto programas en los que los participantes ofrecen la mejor de sus cenas al reto y son criticados sin contemplaciones, he visto cosas que nunca nadie pudo imaginar más allá de la Vía Lactea.

He visto muchas cosas sorprendentes aunque el premio gordo a la estupidez, a la falta de decoro, a la inteligencia enana; al culto al mediocre, al paleto y a la falta de inteligencia; se lo lleva eso que consiste en exponerse 24 horas al día durante unas semanas.

Alrededor de este programa se construyen otros igual de lamentables. Tal vez más lamentables, puesto que en algunos de estos, los platós se llenan de antiguos concursantes que llegan llenos de sabiduría para repartir o personas que opinan sobre lo que sucede en el programa principal como si hablasen del Big Bang.

Hace unos días, una señora rubia, inculta, soez y gritona, le reprochaba a otra con el pelo rojo, kilo y medio de botox en el labio de arriba y cuarto y mitad en el de abajo; le reprochaba, decía, que esta se quejara amargamente porque el público premiase las malas formas y la falta de valores. La rubia, inculta y soez, gritó que allí se va a ver la vida real, a las personas de carne y hueso y que si quería valores debería irse a disfrutar de unos ejercicios espirituales con las Juventudes Vicencianas (creo que dijo esto, exactamente esto).

Lo dijo en serio. Cree esa mujer que todos somos iguales, que todos vivimos del cuento, que todos construimos las frases destrozando el lenguaje, que todos somos capaces de arruinar la vida a las personas diciendo majaderías en un plató de televisión. Cree esa mujer que ganar un concurso en el que decir una barbaridad, comer haciendo un ruido insoportable o aliviarse de gases junto a los compañeros para hacer la gracia, te hace ser importante. Y no, lo que ocurre es que te dan un premio por mostrar lo peor del ser humano sin escrúpulo alguno.

El bochorno que causa mirar la pantalla y ver a esta mujer o al resto de sus compañeros diciendo esto o aquello, es brutal. Y sentirse parte del espectáculo (por mirar como yo hago de vez en cuando) provoca náuseas.

No lo hagan. Leer, ver una buena película o dar un paseo charlando con la pareja, es mucho más saludable. Lo de las Juventudes Vicencianas puede ser un poco exagerado. Eso también es verdad.