El metro de Sevilla y el cambio cósmico

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17 feb 2019 / 09:30 h - Actualizado: 17 feb 2019 / 10:33 h.
"Política","Susana Díaz","Juan Espadas","Pedro Sánchez"
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Se acabó. Ya no hay problema. Si Pedro Sánchez gana las próximas elecciones generales y Espadas las municipales, el metro de Sevilla irá a más, será mejor, recibirá un impulso cósmico. Eso sí, por lo que se ve, si Sánchez no gana o Espadas no repite, la cosa será distinta. Lo digo de otra forma: si Sánchez gana y Espadas no, el alcalde de Sevilla de turno ya puede ir a buscar ayuda a los países emergentes o algo porque Sánchez solo apoya a los suyos. Si Espadas repite y Sánchez no logra ser presidente del Gobierno de España, ganándose el puesto en las urnas, el metro de Sevilla será mejor... en las maquetas.

Espadas afirmaba ayer que «nosotros sabemos dialogar y gestionar» refiriéndose a los políticos socialistas y a sí mismo. Decir esto en Sevilla, teniendo al lado a Susana Díaz y a Pedro Sánchez, tiene su gracia. Que Díaz y Sánchez sean ejemplo de diálogo (entre ellos) es dudoso. Si en España hemos asistido a un espectáculo bochornoso entre dos líderes políticos ese ha sido el que protagonizaron ellos. Y lo siguen protagonizando a pesar de los mítines y de las fotos. Y afirmar que los socialistas saben gestionar estando en Sevilla, capital andaluza, es una especie de broma de mal gusto que resulta indignante. La gestión del PSOE-A ha sido un desastre. Si tiene alguien alguna duda que eche un vistazo a las causas por corrupción y gestión dudosa que están abiertas en los juzgados.

En España ocurren cosas tremendas y dolorosas. Por ejemplo, el futuro de millones de personas, su bienestar, depende de si dos políticos militan en el mismo partido o de si son buenos amigos. El bien común, el futuro de nuestros jóvenes en un planeta que se desintegra, o una vida mejor para nuestros pensionistas, dependen de si coinciden dos intereses políticos. Damas y caballeros, estamos perdidos. Porque esto no es cosa exclusiva de los socialistas. Son todos iguales.

Además, nos toman por tontos de baba. Dicen lo primero que les viene a la cabeza y se quedan tan anchos. Creo yo que un ejercicio maravilloso será fijarse en lo que dicen los políticos en campaña para echar unas risas. Si hay algo traicionero es el lenguaje y los políticos creen que lo dominan con mucha facilidad. No dominan nada, por supuesto. Vamos a ver qué pasa.