El resucitado debate sobre el banco andaluz

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19 mar 2016 / 18:52 h - Actualizado: 19 mar 2016 / 23:36 h.

Ha tenido la virtud Antonio Jara, presidente de Caja Granada, integrada en Banca Mare Nostrum (BMN), de resucitar el debate sobre la necesidad de la creación de una entidad financiera propia en Andalucía. El asunto parecía ya olvidado después de los forcejeos habituales que se vienen produciendo al inicio de la legislatura cuando se rescata esta discusión durante el proceso de conformación de las mayorías de gobierno ya que tal reivindicación sigue figurando en las propuestas de los partidos de la izquierda política, fundamentalmente.

Pero lo cierto es que la conformación de un instrumento financiero propio, llámese como se llame, ha quedado relegado ante el cambio radical del escenario de las finanzas al pasar el centro de decisión de Madrid a Frankfurt, sede del Banco Central Europeo. Ya no caben los juegos políticos a los que estábamos acostumbrados con las cajas de ahorro de tal modo que el poder local no cuenta con el margen suficiente de autonomía para construir un sistema bancario propio. Con todo, Jara sigue viendo posibilidades de alcanzar ese objetivo siempre y cuando se establezca un consenso mínimo entre los principales partidos aunque, a decir verdad, hasta este extremo está ya últimamente en cuestión tal es el actual panorama político en nuestro país. La tesis del granadino pasa por pelear para lograr un conglomerado con acento andaluz con la suma de BMN, Unicaja y Cajasur de la que se podría desprender su matriz, la entidad vasca Kutxabank

Su irrupción pública con este planteamiento ha sacado del desván una bandera que parecía ya relegada en un rincón de nuestra historia más reciente. Aún así, el mayor interés no en está en la propuesta sino en las reacciones suscitadas. Desde el Gobierno andaluz ha habido indiferencia. El vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios ha recordado el nuevo y estricto marco regulatorio de la banca que impide determinados movimientos arrebatando el poder ejecutivo a las autoridades locales y con unas normas muy precisas en relación a la incidencia de la administración pública sobre este sector. Más entusiasmo ha causado, sin embargo, en las filas del PP que ha encontrado aquí, sorpresivamente, material suficiente para tratar de hilvanar un discurso alternativo al monotema de la corrupción al que parece estar dedicado casi en exclusiva como ocurre con el asunto de los ERE o los cursos de formación. Su presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla dice que todavía hay una oportunidad de crear ese banco andaluz. No deja de ser, en todo caso, una buena noticia ya que, sin duda, el líder de los populares andaluces ejercerá toda su influencia para que el ministro de Economía, Luis de Guindos, facilite la operación.

Moreno piensa que ésta sería la mejor forma de salvar a Unicaja ya que teme que sea absorbida por un banco más poderoso siguiendo así las directrices de las autoridades comunitarias tendentes a eliminar a las entidades financieras de menor porte como ocurre con la presidida, hasta ahora, por Braulio Medel. Su inminente marcha a la Fundación Unicaja añade otro elemento novedoso. Era lo esperado, desde luego, sin que signifique ello que deje de controlar los hilos de un banco que considera una criatura eminentemente suya. Pero lo que está claro es que los pronunciamientos de unos y otros a Medel le habrán sonado ya poco menos que a chino o a disco rayado dado el profundo cambio que se ha producido en los últimos años en el actual modelo bancario. Y sobre todo, le habrá causado más perplejidad, si cabe, comprobar cómo se siguen generando determinados lamentos por la falta de una firma propia en nuestra comunidad provenientes de protagonistas que en su día hicieron todo lo posible por impedir este logro, precisamente, a cuenta de localismos absurdos, aunque esto último no sea del todo atribuible a Jara si no, más bien, a sus antecesores en el cargo, o tacticismos partidarios que no iban a ninguna parte.

Todo hace indicar que ese tren ya pasó mientras observamos cómo otros protagonistas siguen engordándose absorbiendo todo lo que se ponga por delante y con los núcleos de poder bien lejos de Andalucía. Está bien eso de sacar del armario el sueño de un banco propio, lo malo es que nosotros mismos fuimos incapaces en su momento de llevarlo mínimamente a efecto dejando en manos de otros que nos construyan realidades ajenas que se imponen ahora con toda naturalidad en nuestro territorio. ~