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Entre la figuración y la abstracción, la acción

la tribuna

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26 ago 2018 / 16:52 h - Actualizado: 26 ago 2018 / 19:34 h.
  • Entre la figuración y la abstracción, la acción

Concluimos la temporada artística, con la exposición que hasta el 31 de marzo de 2019 permanecerá abierta en el CAAC (Centro de Arte Contemporáneo de Sevilla) y que ya desde el título es difícil de definir o comentar porque podría entenderse si no se lee toda la información que se muestra en cada sala o la nota de prensa por internet, que la acción es una variedad intermedia de las artes plásticas –tanto sean estas figurativas como abstractas, debido precisamente a la preposición «entre» de su título– cuando en realidad lo que tiene que ver esta, es mucho mejor con las escénicas y visuales en torno a la fotografía y al vídeo que las recogen y que en cualquier caso está a medio camino o ciertamente paralela al happening, las intervenciones y performances, de las que al ser efímeras, lo que nos queda es el documento filmado o fotografiado, cuestión esta que tampoco tiene nada que ver con la videocreación, de las que también hay muestras en la sala y que pueden dividirse entre el vídeo de naturaleza fílmica, el documental y el de acción propiamente dicha.

Por otra parte la acción, nada tiene que ver con conceptos tales como figuración o abstracción o con que se opusiera a estas, al pertenecer a ámbitos de otras artes, y yambién y ¿por qué no? admitidas por ella.

Es difícil esta muestra, porque aunque el CAAC reúne en su ya amplia colección obras de consagrados maestros, muchos de los cuales ya desaparecidos –téngase en cuenta que sus fondos proceden en origen de lo que en realidad era el Museo de Arte Contemporáneo creado en 1972– y que la selección que se ha hecho de ellos parece como poco, arbitraria. El diálogo que se propone entre los autores de cada sala y los de cada sala con respecto a las restantes, más bien parece una confrontación (que un diálogo), porque a simple vista –habría mucho que afinar– poco tienen que ver unas obras con otras, ni por cronología, técnica, tema, formas, estilos, o cualquier cosa que queramos destacar dentro de lo que conforman los parámetros del arte. Mi maestro Juan Lacomba, siempre nos decía que «arte es lo que hace un artista con intención de hacer arte y la sociedad acepta como tal». El hecho de que se les dedique una exposición a todos los representados aquí y que se incluyan entre los contenidos de un Centro de Arte, en principio les da carta de naturaleza aunque después, ese gran juez que es el tiempo, puede que olvide, como ha pasado en toda época y siempre: autores famosos en sus días que nadie los recuerda hoy.

Quiero decir con esto, que el CAAC tiene suficiente cantidad de autores magistrales tanto sevillanos (por eso de ejercer de localista oficial), como nacionales e internacionales, de modo que hubiésemos querido si no más diálogo o confrontación, el que se saquen a la luz algunos más –aparte de Lucio Muñoz, Pablo Palazuelo, Luis Gordillo o Fernando Zóbel que cito como ejemplos entre los expuestos– al menos ya digo, que se expusieran –dialogaran y confrontaran entre sí– otros tantos buenos, discretos y geniales autores de las generaciones perdidas: las de los años 50, 60 y 70, muchos de los cuales han pasado sin pena ni gloria ni entonces ni ahora.

Por otra parte la cronología de las obras que salvo la de Lucio Muñoz, Ignacio Tovar, Mª José Gallardo e Yves Klein (de los 60), va saltando de estos años a los 70, de los 70 a los 90, de los 80 a los 2000, sin que por ello resulte fácil apreciar la evolución estilística al no corresponderse con la misma época o estilo.

Por otra parte, la diferencia entre la dimensión (inter)nacional de algunos de los autores expuestos: Rebeca Horn, Elena Asins, Bill Viola, Adolfo Schlosser, Marta Minujín (que cito también como ejemplo), junto a otros de distinta relevancia, favorece a los primeros en detrimento de los segundos pues por muchas razones (maestría, saber hacer, dominio de la resolución de la obra y de las técnicas), no pueden ser equitativos.

En ninguna parte se indica quien o quienes son los que han coordinado esta exposición, que habrá sido hecha por los técnicos del y el director. Tampoco se ha editado un catálogo o un pequeño folleto para la ocasión y la información queda reducida a las cartelas con el nombre del autor, obra,...Pero aquí también hay dificultades porque estas son colectivas –no individualizadas– y no dispuestas al lado de las piezas sino en el dintel de entrada a las salas, por lo que exige recordar cada uno de los nombres o ir y volver una y otra vez a donde se han instalado.

En las cartelas no se advierte la fecha de entrada, ni si su procedencia es adquisición, donación, depósito o préstamo, ni por supuesto el precio, ni a quienes la han adquirido (galeristas, coleccionistas, artistas), cosas habituales en otras Instituciones Públicas, cuando se trata de difundir sus fondos.

La división que se dice hecha en función del cromatismo, las técnicas o las formas, es bastante forzada porque además hay que considerar que en una misma sala podemos ver obras figurativas, abstractas, vídeos, esculturas y pinturas en papel, al óleo o acrílico sobre lienzo, etc. y no digamos la denominada «Azul Klein» sólo en atención a un video de una action painting y para colmo grabada en blanco y negro, de este autor, creador del color que lleva su apellido y en donde las obras que le acompañan puede que tengan matices de azules, celestes, turquesas, con más cantidad de rojo, blanco o gris o la combinación completa de la Escala Pantone.

La otra división en 10 secciones: Geometría, Repetición (y variación) –sic– , Azul (Klein), Consumo, Feminismo (autóctono), Paisaje (domesticado), El dibujo (y el pelo) -sic-, Catástrofe (y utopía) –sic–, lo Primigenio (o el edén) -sic-, Violencia (y sacrificio) –sic– parece un jeroglífico que hay que resolver antes de salir, si queremos comprender sus significados. En principio, podemos presuponer que poco o nada tienen que ver el Feminismo y además considerado autóctono (como si no hubieran otros foráneos o como si esta opción fuese sólo sevillana), cuando en realidad tan feministas (sí o no decididamente militantes) pueden ser Pilar Albarracín, Pepa Rubio, Ángeles Agreda, Mª Cañas, Inmaculada Salinas, Guerrilla Girls, Cristina Lama, Dora García, Ángeles Mendieta, Lotty Rosenfeld, Valie Export, Carrie Mae Weems, Mar García Ranedo, como Louise Bourgeois que se expone en las diferentes salas. También considerando que no son feministas porque no están incluídos aquí: Agustín Parejo School, Betsué/Vives, José Manuel Broto, Chto Delat, Curro González, Joaquín Yvars, Daido Moriyama, Hermann Nitsch, Jesús Palomino, Guillermo Pérez Villalta, Manolo Quejido, Wolfgang Tillmans o Isidoro Valcárcel.

Quisiera con este comentario decir que la exposición podía ser mejor y que es loable el que se expongan los fondos antiguos, modernos y actuales, aunque los popurrís y las mezcolanzas para los no iniciados, pueden resultar farragosos. También que el propósito que tienen estas líneas es invitar a que cada uno se haga su propia idea.

Dejemos atrás cuestiones menores que también hubieran debido tenerse en cuenta como son la numeración de la reproducción gráfica o de la tirada, el que no se especifique en algunos casos si es original, copia digital o revelado tradicional y otros asuntos que una visita atenta nos depara, como lo hacen algunas de las sorpresas que encontramos.