Festivales

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25 oct 2017 / 21:57 h - Actualizado: 25 oct 2017 / 23:06 h.

En los últimos años los festivales de cine se han multiplicado en Andalucía. De media docena pasamos a docena y media.... seguimos subiendo. Y eso que dejamos fuera las muestras, las semanas de cine y otros tipos de eventos que se realizan alrededor de la cinematografía.

Cierto es que cualquier proyección de cine sale más económica como actividad cultural en una localidad, que la contratación de un espectáculo de artes escénicas. Y, al fin y al cabo, algo se debe de hacer con la multitud de espacios escénicos que hemos ido construyendo en la Comunidad.

Es bueno que el cine gane espacio en las actividades culturales de los municipios siempre que se cumplan los requisitos exigidos por la legislación vigente en propiedad intelectual y cinematográfica. Por ejemplo no exhibir películas de menos de doce meses desde el estreno comercial sin solicitar un informe, preceptivo, a las patronales representativas de la exhibición o distribución.

Cosa diferente es que,con la justificación de proyectar una serie de películas, se intente montar a su alrededor la parafernalia de un Festival, algo de mucho mas coste y quizás menos rentabilidad que la presumida por los organizadores. No toda película a la que acuda una estrella, normalmente de edad avanzada o de fama ya decaída, es suficiente para atraer la atención de los medios nacionales, regionales y sí quizás de los locales, sobre todo cuando el organizador es alguna entidad pública inversora en publicidad.

Un Festival de Cine es algo serio e importante, que significa una planificación y reflexión sobre qué se quiere proyectar y para qué público, un equipo de trabajo capacitado y con suficiente bagaje como para alcanzar los objetivos propuestos y el apoyo económico, en cantidad suficiente, desde las entidades públicas. Y muchas veces existiendo el apoyo institucional o los recursos el Festival no funciona pues las películas proyectadas no son del gusto del público o no tienen interés para el mismo.

Además, si algún festival intenta convertirse en punto de encuentro de la industria , ya sea por hacer foros , conferencias , encuentros o convertirse en un mercado la complejidad organizativa y el gasto se multiplica, pues, se debe crear interés entre los que compran y venden , entre los que hablan y los que escuchan.

Todo esto nos debería llevar a reflexionar sobre la inversión pública, especialmente a la Consejería Cultura , que significa estos actos, pues no siempre cualquiera tiene interés o capacidad para cumplir unos mínimos de calidad y profesionalidad.