Forcadell y Filemón, Mortadelo y Puigdemont

Image
Juan Luis Pavón juanluispavon1
09 nov 2017 / 22:56 h - Actualizado: 09 nov 2017 / 22:59 h.
"Pasa la vida","Desafío secesionista catalán"

Por favor, no boicoteen ningún producto en cuyo envase figure un municipio catalán como domicilio social del vendedor. Por dos razones. No se ponga al nivel mezquino de quienes practican el 'cuanto peor, mejor' y son capaces de situar a niños de chupete sobre el asfalto de una carretera para bloquear a miles de conductores invocando un falso martirologio patriótico. Y no perjudique, por desconocimiento, a la cantidad de empresas y trabajadores de su propia tierra que forman parte de la cadena de producción de lo que usted ve en la etiqueta como artículo de consumo fabricado en Cataluña. El día que la ola tecnológica del 'internet de las cosas' permita conocer digitalmente la trazabilidad de cada objeto, y sea de dominio público la variedad y procedencia de las empresas proveedoras de los ingredientes, materiales, componentes y envases, los secesionismos egoístas como el que se perpetra en Cataluña van a tener muchas más dificultades para 'construir el relato' sobre su identidad diferencial.

Por supuesto, les animo a que compren el mejor producto editorial catalán: las historietas de Mortadelo y Filemón. Los hijos más famosos del barcelonés Francisco Ibáñez, el memorable humorista gráfico, que nació en 1936, el año menos gracioso de la Historia de España. Ibáñez es un verdadero patriota que ha educado bien a su numerosa prole. Pepe Gotera no declara la independencia respecto a Otilio, ni Rompetechos proclama el derecho a decidir sobre lo que comparte con el botones Sacarino. Se nota que no son criaturas adoctrinadas con el dopaje del nacionalismo. Ni a sus vecinos de la Rue del Percebe se les ocurre salir al balcón para convocar escraches y pregonar el odio. Cómo van a conformarse con una vida de mala leche, con lo sano que es reírse de uno mismo.

Hay que promover una campaña en Change.org para motivar a Francisco Ibáñez, que sigue en activo a sus 81 años, con el fin de que dibuje y escriba cuanto antes la estafa del 'prusés'. Después de enviar en misión especial a Mortadelo y Filemón al Madrid del 'caso Bárcenas' y al Washington de Donald Trump, Ibáñez ha de reaccionar en Barcelona porque Forcadell y Puigdemont le están haciendo competencia desleal a los agentes de la T.I.A. Son del tebeo pero catastróficos. Nos salen carísimos porque su hipócrita charlatanería y sus delirantes enredos se han guionizado con fondos públicos. Les están apoyando subrepticiamente desde órganos de propaganda urdidos por el Kremlin y desde foros de la ultraderecha británica, encantados de que sirvan como ariete contra la democracia europea y española. Y Trapero ha traicionado por la espalda a Mortadelo y Filemón, nuestros insignes agentes de información.

Nadie mejor que Ibáñez para historiar las declaraciones en el Tribunal Supremo de la Forcadell y sus compañeros diputados cómplices de la Mesa del Parlamento catalán. Solo ahí, y nada más que ahí, han dicho la verdad: todo es mentira. Ante un juez, aseguran que la votación parlamentaria era simbólica, admiten que el falso referéndum era ilegal, y asumen que han cometido actos delictivos en los que prometen no volver a incurrir. Ánimo, maestro, ya quiero ver a Mortadelo y Filemón intercambiándose los papeles de juez y de fiscal para inmortalizar tamaña ceremonia de la confusión. Y, hartos de coles de Puigdemont en Bruselas, ponerle un feliz punto final a este ruinoso timo de la estampita.