Gambetear

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29 ago 2018 / 22:00 h - Actualizado: 29 ago 2018 / 22:00 h.

En este final de verano las fechas de la celebración de las elecciones andaluzas son objeto de debate político. La principal capacidad de un líder es establecer la agenda pública, como expresión del poder real. Los participantes en el juego intentan condicionar a la única persona que de forma efectiva tiene la capacidad jurídica de convocar las elecciones antes de las fechas determinadas por las leyes: la Presidenta de la Junta de Andalucía.

Las fechas de las elecciones tienen interesantes derivadas en la economía de algunos sectores por ejemplo la publicidad. Una campaña electoral significa una mayor contratación de espacios publicitarios; en medios tradicionales o en las redes sociales y por tanto una mejora de las cuentas del sector.

Dado el marco tan fluido que se mantiene en la política andaluza existen casi tantos argumentos a favor como en contra del adelanto o mantenimiento de la fecha electoral. No debemos olvidar que las elecciones son a la política lo que los exámenes finales a los estudiantes. El momento en el que el poder deja de estar en mano de los políticos y pasa de forma directa a los ciudadanos para que con su voto decidan quiénes son sus representantes y por tanto quiénes son los llamados a gobernar la comunidad.

Pero después de estos meses de regate en la confrontación política, de declaraciones cruzadas se llega a la conclusión que entre final de semestre del año y el primer trimestre del siguiente son las elecciones y que el elemento clave es saber si el actual gobierno tiene capacidad de presentar y aprobar un nuevo presupuesto, la Ley con mayúscula de la política, para deducir en qué momento son las elecciones.