Dice Tebas, el presidente de la LFP, que muy pronto los equipos españoles comenzarán a jugar partidos en el extranjero. Empezamos poniendo partidos a las cuatro de la tarde, para que coincida con el prime time chino y los orientales puedan ver el partido a una hora chula, y terminamos llevándole el fútbol a casa a los guiris. Me opongo. Ya está bien de adecuarnos a los costumbres de los guiris. ¿Han ido ustedes alguna vez a un hotel de Mallorca? Yo estuve en uno y tenían horario guiri. Almuerzo a partir de las 12.00 y cena de 6.30 a 8.30. ¡¡¡¿Pero esto qué es, pero esto que es?!!! (léase con el grito de Matías Prats en aquella mítica conexión en la Eurocopa). Yo propongo que nos adaptemos a los guiris cuando ellos empiecen a mostrar señales de hacer lo propio con nosotros. El día que yo vaya a Pekín y pida para desayunar un mollete de Antequera con zurrapa de lomo ibérico y me lo pongan... empezaré a sopesar lo de adecuarles el fútbol. ¿Acaso los chinos adecuaron en los años de mi infancia la serie Kung Fu a mis horarios infantiles? ¿Nos ponen los alemanes la cerveza helada en su país? Una vez en Salzburgo, en plena Eurocopa, llena de turistas, un amable camarero nos dijo que ya era muy tarde para comer. ¡¡Y eran las dos de la tarde!! ¿Y ahora quieren estos tíos que nos adecuemos a sus horarios? Pues vale. Programaré este artículo para que se publique a la hora punta, para que el mayor número de guiris se entere de que los mando a la Venta del Nabo. Ome, por favó.