La Alameda de la Esmeralda

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21 jul 2017 / 18:47 h - Actualizado: 21 jul 2017 / 18:49 h.
"La Azotea"

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La Alameda tenía un puestecillo, que diría Paco Palacios El Pali y una nueva plaza llamada Pedro Zerolo, la cual el alcalde Juan Espadas junto con la Junta Municipal de Distrito Casco Antiguo ha decidido rotular en una parte de la zona, modernísima ahora, que cada vez pierde más esencia de aquella que bajo los ojos de Julio César y Trajano, ha visto desfilar a toreros y flamencos de toda índole. No se pone en duda el activismo del político socialista nacido en Caracas, cuya trayectoria tanto política como personal está marcada por su lucha constante a favor de los derechos homosexuales, pero, ¿en la Alameda por qué? En Madrid rebautizaron con su nombre la plaza Vázquez de Mella, un señor asturiano tradicional, monárquico, católico y carlista que ya se quedó sin su reconocimiento, como sin plaza, ni calle ni reconocimiento se queda quien tanto lo merece por su particular y personal lucha a favor de los derechos homosexuales: la Esmeralda de Sevilla, con su arte, su idiosincrasia y su macarenismo férreo arraigado en sus adentros, planchadora de las batas de cola de su Marifé de Triana, oculta tras sus enormes gafas de sol y perfectamente peinada, regalando gracia por donde quiera que vaya. La Esmeralda, la de Sevilla, merece el Pumarejo, la calle San Luis y la Alameda entera porque sola, o con sus flamencas, luchó sin miedo por la libertad sexual cuando más difícil era hacerlo, cuando todo estaba en contra en esta Sevilla desmemoriada que la premia sin reconocimiento alguno, ni en el callejero ni en la conciencia, quitándole además, su inolvidable caseta de Feria.