La cabal del chándal

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
21 mar 2017 / 23:15 h - Actualizado: 22 mar 2017 / 07:49 h.
"La Tostá"
  • La cabal del chándal

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Recuerdo que a los artistas flamencos de los sesenta que aún vestían bien los llamaban presumidos o afeminados. Y si olían a colonia, aquello ya no tenía nombre. Pepe Marchena o el Marqués de Porrina se vestían bien hasta para sacar la basura a la calle. Quizá no tanto como para salir a un escenario, pero casi. Sé que corro el riesgo de que por preguntar esto me llamen cateto o facha, pero, ¿se puede ir a un entierro en chándal y zapatillas de deportes? ¿Puede un bailaor salir a un escenario con una camisa por fuera de la taleguilla o pantalón, como si viniera del mercadillo del Parque Alcosa? Tampoco es que haya que vestir como Lamparilla u obligar a los palmeros a llevar zapatos de charol, pero un artista lo es dentro y fuera del escenario. ¿Cantar con corbata la seguiriya de Juanichi el Manijero? Vamos a ver, tampoco es eso, porque este gitano era labriego y no empleado del Banco de Jerez, pero, ¿en chándal y chancletas playeras? No hace mucho fui testigo de cómo un bailaor recibió una gratificación en el parking de un teatro al ser confundido con un gorrilla. Dentro, también.