La ciudad del no

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19 nov 2016 / 22:17 h - Actualizado: 19 nov 2016 / 19:22 h.
"Cofradías","Una luz en la ventana","Elecciones en Estados Unidos 2016"

Tras el no del PSOE, convertido en abstención. Tras el no a Hillary Clinton en Estados Unidos y tras el no al acuerdo de paz en Colombia, llega el momento de hablar del no de un sector crítico, rancio y de una más que dilatada trayectoria en el mundo cofrade. Podríamos hablar de Sevilla, como esa ciudad anclada en el pasado maravilloso de los cuentos. En donde, mientras uno vive, no es nadie pero cuando te mueres, unas decenas de personas comienzan a leer tus libros, a reflexionar y a prodigarte como el baluarte de una generación que no te conoció pero que te sigue. Una Sevilla que hace pocos días conocía la idea de crear el premio de Periodismo cofrade Fernando Carrasco así como el de Fotoperiodismo cofrade Jesús Martín Cartaya por parte del Consejo de Hermandades y Cofradías. Pues bien, en esta ciudad de entendidos e ilustrados en todo tipo de materias, órganos y entidades, parece ser que no han entendido muy bien la idea. Entiendo la idea como una manera de acercar a la prensa al Consejo, porque lleva años con tiranteces. Una idea que nace de reconocer la más que acreditada experiencia y trayectoria de un sector ligado a nuestras cofradías, con 365 días de actividad. No es una manera de premiar a los periodistas fieles o de mantener contentos a los que hablan sin tapujos. Fernando Carrasco fue un gran hombre y un magnífico periodista que nos enseñó la grandeza del trabajo callado y del quehacer diario del gremio. Merecía un reconocimiento, que llega tarde, pero que ha llegado para que no olvidemos a este sevillano que tuvo en sus manos, tantas y tantas tardes de toros y hermandades. El fotoperiodismo es un término acuñado posteriormente a que Martín Cartaya nos dejara boquiabiertos cien veces con sus fotografías imposibles. Sigue vivo este hombre que tiene un legado valiosísimo de imágenes de la Semana Santa de ayer que tanto nos gustará en el mañana. Me hace gracia cuando hablan de Romero Murube, Chávez Nogales o Núñez de Herrera en un 2016 que tiene nombres propios que habría que ensalzar y sobre todo, condecorar más allá de cuadros, pergaminos y nazarenos de plata. Esos nombres propios del siglo pasado, son hoy referente. Los nombres de estos premios son historia viva de nuestra ciudad y de nuestras tradiciones, con la venia de numerosas intervenciones en la vida pública de una Sevilla que necesita generar ilusiones y nuevos héroes. Acierto el de Joaquín Sainz de la Maza y sus hombres. Gana el Consejo, gana Sevilla y empezamos a hacer las cosas bien. No hay lugar para el no, cuando hay hambre en las mentes. Aunque haya gente que vive del no.