La cuesta de enero

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Álvaro Romero @aromerobernal1
10 ene 2019 / 08:09 h - Actualizado: 10 ene 2019 / 08:12 h.
  • Palacio de San Telmo. / Txetxu Rubio
    Palacio de San Telmo. / Txetxu Rubio

Decía Gloria Fuertes que enero es un viejo que viste de blanco. Desde luego, parece un mes infinito, una temporada, un largo invierno en el que se suceden los días sin que se avance en el frío, una época tan alejada ya de la Navidad, tan congelada en el tiempo, que da la sensación de que anduviéramos resbalándonos sobre el hielo y sin movernos del sitio. Ayer era nueve y hoy, después de confirmar que el PSOE ya es historia en la Junta de Andalucía, y eso que parecían sinónimos, se aclara el horizonte de un gobierno a dos pero que en realidad son tres, aunque en el fondo sean uno... Y el calendario dice que estamos a diez.

Enero es tan largo que los partidos que ahora tienen la sartén por el mango de un gobierno que arde, o que manejan tres mangos de una misma sartén con aceite hirviendo, han pasado en solo unos días -solo unas horas- de hacerse la competencia a hacerse las uñas, de despreciarse en los mítines a apreciarse en reuniones secretas que paulatinamente se han podido fotografiar, de mantenerse hieráticos a sonreírse a tres bandas, de considerar inaceptables las posturas del prójimo a aceptarlas como ideas propias que se les habían olvidado, de lanzar propuestas como en el teatro del absurdo a proponer un teatro realista y un rimado de palacio en el que cada cual recite su estrofa.

Enero es tan desmesuradamente largo que ayer había demasiados partidos para un solo gobierno y hoy hay ya demasiado gobierno para un solo partido. Y sigue siendo enero.