La gusana en el corredor

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13 may 2017 / 23:43 h - Actualizado: 13 may 2017 / 23:46 h.
"Congreso de los Diputados","Susana Díaz","Mariano Rajoy","Pedro Sánchez"

A mí no me sorprende que el PNV y el nacionalismo canario se lleven la parte del león de los presupuestos de todos. Tampoco me altero porque sea Rajoy el que lo pacte. Lo haría cualquiera en sus circunstancias, como lo hicieron González, Aznar I, Zapatero I y II. Si para alcanzar la mayoría necesaria para aprobar los presupuestos hay que pagar un peaje nacionalista, pues se hace. Lo contrario es meterte en un río que desemboca en elecciones y eso ahora no toca. Tampoco debemos olvidar que nuestra verdadera cámara de representación territorial es el Congreso y no el inservible Senado. En la cámara baja tienen representación los partidos nacionalistas de las comunidades autónomas que cuentan con ellos. Y su papel es ese, barrer para casa. Si el sur los tuviese, a partidos nacionalistas me refiero, la suma en los presupuestos sería cero, habría empate y, tal vez algo de igualdad. Por eso me sorprende que los nacionalistas andaluces de hoy, partidarios del derecho a decidir, se rasguen las vestiduras y acusen a Rajoy de vender su alma al PNV y al canario Pedro Quevedo.

Si un senador de Compromis, el partido que lidera la suavona Oltra, rompe una foto de Susana Díaz en la tribuna de la Cámara al tiempo que la llama gusana y le sale bilis por la boca, en las circunstancias en que vive el PSOE, habrá incluso quien lo entienda. Porque por lo visto la presidenta andaluza no ha declarado su amor por la España plurinacional como sí lo hecho Sánchez, para luego matizarlo, pero bueno, es que Pedro es muy de Sánchez y Susana Díaz es presidenta de la Comunidad Autónoma que tiene el puerto más importante de toda la península ibérica y, qué menos que así sea, es a ella a la que le toca defenderlo. Porque el gusano de metal que a los andaluces les interesa tiene su corredor prioritario en Algeciras, conecta con Bobadilla y de ahí enfila hacía Madrid para llegar luego a Zaragoza y después a Francia. Y que esto se tenga así de claro molesta mucho, muchísimo en Valencia y Cataluña. Que el gusano articulado andaluz sepa lo que quiere y por donde tiene que circular provoca que te llamen gusana, pero eso casi que es lo de menos, desvaríos de un nacionalismo patético. Porque aquí lo que se está jugando, en un sector económico altamente globalizado, es dónde va a estar el epicentro de entrada del tráfico mundial de mercancías en el sur de Europa y este es un envite muy fuerte entre gente muy poderosa que se juega mucho. Por eso el que te apoden lombriz, oruga o verme será la anécdota, las presiones van a ser muy fuertes, pero todo será nada si a cambio se logra que Andalucía pueda inclinar la balanza a su favor, lo que por otra parte sería lo geográficamente razonable.

Al tren andaluz que quiere circular por donde debe lo llaman el español o el gusano, como si fuesen sinónimos.