La suerte que tiene el Sevilla

Pocas veces los hechos hablaron con más claridad que en los últimos tiempos. Restar mérito a la evidencia es estar alejado de la realidad

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27 mar 2015 / 18:23 h - Actualizado: 24 mar 2015 / 16:51 h.
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  • Los jugadores del Sevilla, celebrando uno de sus goles. / Manuel Gómez
    Los jugadores del Sevilla, celebrando uno de sus goles. / Manuel Gómez

En esto del fútbol, como en cualquier aspecto de la vida, hay opiniones para todos los gustos. Algunas generan debates, más o menos serios; otras, tan sólo pretenden crearlos, pues tienen tan poca consistencia que se diluyen por sí solas. Todas, absolutamente todas, son respetables. En cualquier caso, permítanme que me refiera a una de esas que pretenden hacerse sitio. Y no es otra que la que relaciona lo hecho por el Sevilla con la suerte. “Hablar de suerte es una barbaridad absoluta. La tienen los que trabajan, los que son constantes y hacen las cosas mejor que los demás. Por suerte no se es tricampeón de la Europa League y no se está en competición continental once veces en los últimos doce años. La suerte en el fútbol es una parte muy pequeña”, dijo José Castro este lunes. El presidente respondía así a una pregunta sobre las razones que han llevado al equipo de Unai Emery a estar donde está.

Y, en efecto, el Sevilla tiene suerte, mucha suerte. Porque suerte es que se marchen algunos de tus mejores futbolistas y no sólo no echarlos de menos sino, además, firmar sin ellos la mejor primera vuelta que se recuerda en Nervión y establecer el mejor registro de la historia del club a estas alturas de Liga; suerte es estar metido en la pelea por una de las plazas de Liga de Campeones con el Atlético de Madrid -su presupuesto supera los 120 millones de euros y esta temporada ha invertido más de 100 en refuerzos- y el Valencia, que ha invertido una cantidad similar y sólo gasta fuerzas en una competición; suerte es que Monchi sienta amor por estos colores y no se marche por mucho que le tienten o le den ganas de irse al escuchar con frecuencia críticas precipitadas que no esperan ni al otoño; suerte es que, junto al staff técnico que el de San Fernando comanda, fiche jugadores como los que ha fichado años atrás y haya vuelto a acertar esta temporada; suerte es que Unai Emery, un tipo al que se echará de menos cuando se vaya por el legado que deja, sea capaz de coger a un semidesconocido Vitolo y hacerlo internacional en poco más de un año, por no hablar de que convierte en piezas de lujo los diamantes que Monchi le trae y ha hecho campeón al Sevilla; suerte es que todo esto se viva en un club que ha sabido rehacerse tras la marcha de su presidente en 2014 dejando claro que nadie es imprescindible; suerte es caer tras hacer mal las cosas en la Copa del Rey, levantarse y arrasar a dos equipazos como Borussia Mönchengladbach y Villarreal en la Europa League tras alcanzar los 30 partidos consecutivos invicto en casa; y suerte es tener a una afición que llueva, nieve o truene acompaña a su equipo allá donde éste va, le quiten las banderas o le impidan incluso animar a su equipo mientras ve cómo no siempre recibe el mismo trato que otras. Está claro: el Sevilla tiene suerte, mucha suerte.