La voz de la calle Feria

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14 oct 2016 / 22:51 h - Actualizado: 14 oct 2016 / 22:51 h.
"La Azotea"

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Descifró el lenguaje de la guitarra, para que a la mañana le hablase de libertad, mientras el pájaro blanco echaba a volar reflejándose en los charcos que la noche y la vida formaban entre los adoquines de la calle Feria. Una calle donde todo es posible, desde crear el rock que convirtiese a esta ciudad barroca en romántica, hasta parir genios como José de la Tomasa, poseedor del compás al ritmo de las bulerías de una noche o Juan Belmonte, aquel trianero bautizado en Omnium Sactorum. Sentado a un teclado, demostró que la genialidad era posible dándole forma a lo inimaginable, disfrazando de psicodelia al flamenco cambiándolo todo, acompañado de su guitarra y su batería, como faro de esa luz que todos llevamos dentro, con quienes pespunteó el gong, el lago, la luna y la mañana a las canciones que se cosieron al forro del alma de una generación que aún le llora cada vez que las escucha. Una calle que le vio nacer y una ciudad que le recuerda, resignada a no encontrar quien le iguale, como le ocurre a los genios. Un hombre grande, por dentro y por fuera, dueño de un corazón que colocado en la garganta, fue la libertad para aquellos que en su música, vieron el sol, la música, el amor y la vida, herramientas con las que agarrarnos a la cola del viento para poder volar. Canciones que son himnos a la libertad en la voz de quien se marchó llegado el día una lluviosa tarde de octubre en la carretera de Burgos, dejándonos muchas luminosas mañanas y alguna que otra noche de amor desesperada.

Era de la calle Feria, se llamaba Jesús de la Rosa, y fue la voz del grupo Triana.