Liderazgo femenino

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30 sep 2016 / 22:58 h - Actualizado: 30 sep 2016 / 22:58 h.

Hacer un debate acerca de las diferencias en el ejercicio del liderazgo de mujeres y hombres no es el objetivo de este artículo. Pero sí tomar conciencia del valor del estilo de liderazgo femenino como una de las claves para hacer frente al contexto presente y de futuro. La sociedad demanda humanizar las relaciones y transformar el interés individual en el interés colectivo. Reconocer que se necesitan y requieren unas determinadas habilidades y características interpersonales para pilotar el contexto actual de cambios y de necesidad de transformación reclamado desde todas las esferas es necesario. Hoy se requiere reducir el ego, que importe lo que las personas piensan y sienten (conectar con la gente), asumir los errores y reconocerlos (ser humilde), evitar proyectar en las demás personas las propias faltas. Expresar lo que se piensa.

Y aunque generalizar nos puede llevar a cometer errores de percepción. Sea por cultura, procesos educacionales y de socialización, por cuestiones innatas o naturales. Las mujeres tienen unas características definidas y acentuadas de preocupación por la responsabilidad, se comunican, que no es lo mismo que informar, y tienden a compartir experiencias. El empoderamiento se da en las mujeres cuando hay fortaleza en las demás personas. Buscan integrar relaciones y crear redes. Tienen tendencia a unir y predominan las habilidades asertivas, de empatía y flexibilidad, tienen una gran sensibilidad emocional, y generan sentimientos de pertenencia por valores y principios. Están interesadas en escuchar siempre todas las posibilidades y buscar el consenso. Muchos estudios desde el ámbito social, del comportamiento humano y de las organizaciones, han avalado la existencia de estas características resaltadas en las mujeres.

Las mujeres que han llegado a puestos de responsabilidad han tenido muchas dificultades, y las que quieren acceder siguen teniendo un universo de barreras. Situaciones que distan mucho de cómo acceden los hombres. Ahora bien, en el camino que han recorrido las mujeres que ocupan cargos de responsabilidad se han hecho fuertes, y por eso son líderes por sí mismas, no formales. Han potenciado en ese camino de esfuerzo y de necesidad de demostrar de manera permanente que valen multitud de cualidades como la perseverancia, la paciencia, el compromiso y otras habilidades como el pensamiento creativo. La perspectiva de las mujeres en todos los ámbitos hace que las sociedades evolucionen y avancen.