Al igual que en la vida el término medio suele ser el más conveniente, el medio plazo es, quizás, la mejor forma de invertir en Bolsa para no acabar desquiciado por el stress del ultracorto ni caer en la modorra del largo plazo.
La inversión de medio plazo es aquella en la que el inversor se sirve de gráficos semanales. Las operaciones en las que se obtienen beneficios suelen durar un plazo que va desde los dos o tres meses hasta un año. En el caso de las operaciones erróneas, al igual que en la inversión de corto o largo plazo, serán liquidadas inmediatamente.
La principal ventaja de la inversión de medio plazo frente a la inversión a corto plazo se encuentra en el hecho de que es más fácil su ejecución, los márgenes de maniobra no son tan limitados y no es difícil conseguir beneficios siempre que no se cometan errores de bulto. Ello se debe a la confluencia de varios factores entre los que se encuentran que, al ser tempo de la inversión mas lento, el inversor tendrá más capacidad de reacción ante posibles fallos. Igualmente, la mayor asunción de riesgo comportará un mayor objetivo de beneficios. Asimismo, el pago de comisiones de operativa será menor que en la inversión a corto plazo. Por último, los grandes operadores tendrán menos oportunidades de manipular el mercado, como sería más fácil hacerlo en el corto plazo.
La ventaja principal, sin duda, de la operativa a medio plazo se encuentra en el hecho de que el inversor no necesita afinar al máximo el momento de la entrada o salida del negocio como si tendría que hacerlo el inversor de corto plazo, para el que el éxito de su operativa depende de haber comprado o vendido unos céntimos arriba o abajo.