Mequetrefes

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07 abr 2019 / 18:35 h - Actualizado: 07 abr 2019 / 22:29 h.
"Opinión","La vida del revés"
  • Candidatos a la presidencia del Gobierno de España. / El Correo
    Candidatos a la presidencia del Gobierno de España. / El Correo

Me encantaría decir lo contrario, pero los candidatos a presidente del Gobierno de España, los cinco principales, me parecen unos mequetrefes.

Según el DRAE mequetrefe se define como: 'Hombre entrometido, bullicioso y de poco provecho'. Esta es una de esas palabras que quedan sin una definición clara y precisa en el diccionario. A mí me parece que si llamas mequetrefe a otro es porque le quieres dar un toque gamberro y cómico al asunto. Y, además, creo que un mequetrefe es el que opina una cosa y mañana opina la contraria, el que tiene el sentido moral olvidado, el que hace las cosas sin convicción, sin medir las consecuencias, sin saber qué es lo que hace. Un mequetrefe es un pobrecito que finge no serlo, ser un mequetrefe es jugar a ser un súper clase sin serlo, ser un mequetrefe es ser un niñato que cree saberlo todo porque se lo han dicho un par de amigos que esperan pillar una gran tajada y papá que espera que la suerte desfigure la realidad.

Pedro Sánchez y Pablo Casado me parecen un par de mequetrefes porque bien saben ellos que sus partidos son la misma cosa; que cuando han gobernado han hecho casi las mismas cosas. Da vergüenza escuchar como dicen que si llega el partido del otro al poder el mundo se acabará cuando ya ha pasado varias veces y todo ha seguido siendo la misma cosa. Las mismas corrupciones, las mismas lagunas ideológicas, una catadura moral de los políticos de cada partido de dudoso calado. Si todavía alguien cree que existen diferencias profundas entre unos y otros es que no ha prestado atención a lo que ha pasado durante esta democracia española y tan española. Y mucho español (no puedo dejar de pensar en esta expresión tan extravagante y tan estúpida).

Albert Rivera es otro mequetrefe. Este es de los que opinan hoy esto y mañana lo contrario (Pedro Sánchez es otro que tal baila). Un día decidió ser político, le gustó eso de ser liberal y se confundió con que lo liberal es hacer lo que uno quiere en política respeto a la ideología, con pensar que todo vale, con que aliarse es algo natural aunque el otro sea tu enemigo. Nunca un muchacho metido a política pareció tan inseguro y tan poco anclado a una ideología. Bueno, para ser justo, ideología, lo que se dice ideología, ninguno de ellos sabe lo que es.

Santiago Abascal ha dado muestras de ser un político con unas limitaciones extraordinarias. Está muy escondido. No es de extrañar puesto que en algunas intervenciones públicas no ha sabido contestar a casi nada. El mensaje populista, xenófobo, homófobo y patriotero le está dando muy buen resultado. La gente compra lo que entiende con facilidad. Pero no hay nada más allá de él mismo. Nada de nada. Este es de los que se han encontrado con cierto éxito y lo va a desaprovechar en un plis plas. Ya lo verán.

Pablo Iglesias es un mequetrefe que confunde la ternura que uno siente por los hijos con las posibilidades y la preparación que una persona tiene para poder gobernar una nación. Que crea que por cambiar pañales está más preparado para hacer política dice mucho de él. Comprar un chalet de un millón de euros y poner en peligro un partido entero para que la operación sea bendecida por tus seguidores es de mequetrefe. Creer que eres el ombligo del mundo es de mequetrefe. La lista es larga y aburrida. Lo dejo aquí.

Estamos apañados. Sea quien sea el que se siente en el despacho del Palacio de La Moncloa tras las elecciones (no hay nada seguro y los pactos postelectorales pueden ser diversos) nos proporcionará momentos inolvidables.

Y con la crisis económica que llega (porque llega), y con Cataluña desangrándose por los cuatro costados, un mequetrefe solo puede fracasar. Y todos con él.