Milgram y la democracia moderna

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19 sep 2016 / 22:22 h - Actualizado: 19 sep 2016 / 22:23 h.

Ayer empezó en Sevilla la primera consulta ciudadana y la verdad es que me gusta la idea. Y eso que he sido partidario de la democracia directa, ni creo que haya que pensar en esto como en un recurso mediante el cual las poblaciones pueden tomar las decisiones de gobierno sin necesidad de políticos, por mucho que, en los tiempos que corren, la idea pueda resultar atractiva.

Las masas son emocionales, manipulables, viscerales, volubles y estoy convencido de que son más los ejemplos que encuentro de errores garrafales, que de aciertos clamorosos por ellas cometidos. No creo en la inteligencia colectiva y, para demostrarlo, recomiendo ver la película Experimenter, en la que se nos describe el célebre experimento de psicología social, con el que se demostró lo fácilmente manipulables que somos los seres humanos. Milgram ideó estos experimentos para responder a la pregunta ¿Podría ser que los responsables de los campos de exterminio nazis y sus cómplices sólo estuvieran siguiendo órdenes? Los resultados demostraron que el 65% de los individuos eran capaces de llevar hasta el límite su capacidad de infligir dolor en un semejante, hasta casi dejarlo sin vida, sólo porque alguien le instaba a que lo hiciera.

Más allá de este tipo de disquisiciones, en los tiempos que vivimos no podemos obviar que los ciudadanos no se conforman con el nivel de participación que les han venido garantizando las democracias hasta la fecha y que, por lo tanto, exigen experiencias como la que ha puesto en marcha el Ayuntamiento.

Ahora sólo falta que no se quede en una primera experiencia piloto y que podamos decidir sobre otras muchas cuestiones en las que va a ser muy interesante saber la opinión de Sevilla, sin que ningún intermediario se atribuya el ser la voz de los sevillanos.