‘Momo’, un libro con un mensaje para la vida en la ciudad hoy

El libro de Ende está lleno de maravillosos pensamientos que debemos meditar y transmitir para hacer una ciudad mejor y más vivible, con una honesta felicidad al alcance de todos

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05 ago 2017 / 23:02 h - Actualizado: 05 ago 2017 / 23:07 h.
"Medio ambiente","En verde"
  • ‘Momo’, un libro con un mensaje para la vida en la ciudad hoy

Michael Andreas Helmuth Ende, conocido en la literatura como Michael Ende, murió en el año 1995 a los 65 años y ha pasado a la historia de las letras como un escritor de literatura fantástica para niños. Sus libros han sido leídos por jóvenes y adultos porque el contenido de los mismos tiene lecturas con una interpretación poliédrica. Su obra contiene distintas visiones, y no solo una lectura desde la mente infantil, sino que también puede conducir a una proyección hacia realidades actuales y transmitirnos un mensaje de aplicación directa si lo sabemos percibir. Evidentemente este tipo de aplicaciones a la realidad de una sociedad solo son percibidos por lectores sensibilizados hacia una determinada forma de vida y sociedad. Sus dos obras más famosas, ambas llevadas al cine, son Momo (1973) y La historia interminable (1979). Momo es el nombre de la niña protagonista y es una historia que se vive en una ciudad, y constituye una metáfora surrealista sobre el tiempo; y también sobre la amistad, la comunicación y la vida sencilla. La historia interminable es la historia de un libro que habla de un libro, con su protagonista Bastián que nos transporta por mundos y paisajes llenos de contenido interpretativo. Ambos libros merecen una tribuna, por su belleza y enseñanzas para nuestra sociedad actual tan necesitada de ideas, horizontes y valores. Esta necesidad se vuelve acuciante para los niños y los jóvenes de hoy inmersos en una sociedad urbana incierta, mercantilizada, una ciudad-negocio como nos indicaba Luis Miquel Suarez-Inclán, vendida como smart-city, consumista, individualista, en una sociedad mal globalizada, con un profundo egoísmo, llena de continuas posverdades y mentiras, con torvas e interesadas interpretaciones de las realidades del mundo, y unos poderes de los que es mejor no hablar. La pérdida de horizontes colectivos sociales y justos, equitativos, en una sociedad llena de descarte e inequidad como denuncia el papa Francisco de forma continua, hace necesaria otras ideas y sensibilidades. Individuos y grupos sociales, integrados en una sociedad civil libre para expresarse, sin mordazas, necesitan un nuevo horizonte que ilusione y de esperanza. La tribuna de hoy la dedicamos a Momo, un libro mágico de Michael Ende, que deben leer los niños y los no tan niños. El libro tiene muchas ediciones, más de 75 en Santillana y es fácil de encontrar, cosa que recomendamos (por ejemplo, Momo, Michael Ende, 2017, Santillana loqueleo, segunda edición). Si hubiese que resumir porqué es importante este libro en el mundo y la sociedad de hoy, es conveniente leer la contraportada de la edición que recomendamos y que dice que Momo es «una novela única sobre la importancia de la amistad, la bondad y el valor de las cosas sencillas. En definitiva, sobre lo que de verdad nos hace felices». Creemos que esta frase es suficientemente explicativa como para que aquellos que leyeron Momo en algún momento de sus vidas lo hagan de nuevo y lo hagan desde el corazón. También, para que los que nunca lo leyeron, una invitación a que lo hagan. Lo podrían leer quienes dirigen nuestras ciudades y nuestro mundo. También una invitación a que los padres y madres lo lean o faciliten la lectura a sus hijos e hijas. Es un libro para comentar en familia. Seguimos recomendando, porque está muy bien resumido, el contenido de la contraportada de la edición que indicamos: «Momo es una niña que posee la maravillosa cualidad de saber escuchar a los demás y que desea ayudar a la gente a humanizar sus vidas». En la novela Momo y sus amigos, Gigi y Beppo, con ayuda de los niños de la ciudad, deben luchar contra un siniestro enemigo, los hombres grises, que intentan robar a los seres humanos un bien preciado que hay que saber utilizar: el tiempo. Dice el libro que comentamos: «El tiempo es vida y la vida reside en el corazón». Vida, tiempo y corazón en nuestras ciudades, la esencia de la «honesta felicidad», como una mujer sabia ha dicho. La «honesta felicidad» como bien individual y colectivo que permitiría un mundo y un planeta mejor; y la amistad y el amor en la ciudad y sus espacios. El libro habla de una ciudad grande y una niña pequeña. Una ciudad transformada donde hay pérdida de valores esenciales, como los lugares de encuentro, representados en el libro por un anfiteatro en ruinas donde vive Momo. El libro, como ya hemos indicado es un canto a la amistad como valor, y también al encuentro entre las personas. Especialmente la obra de Ende manifiesta la importancia de saber escuchar, una cosa que Momo hace muy bien. Escuchar de verdad solo lo saben hacer muy pocas personas y Momo sabía escuchar de tal manera que las personas con pocas luces de repente tenían ocurrencias brillantes. Mientras Momo escuchaba, miraba con sus ojos grandes y oscuros, y el otro sentía cómo de repente surgían de su cabeza pensamientos cuya existencia nunca hubiera sospechado en su interior. El libro de Michael Ende está lleno de maravillosos pensamientos que debemos meditar y transmitir para hacer una ciudad mejor y más vivible, con una honesta felicidad al alcance de todos. Hay muchos seres vivos y cosas que escuchar, hay que aprender ello, en la ciudad. Momo escuchaba a todos, a los perros y a los gatos, a los grillos y a los sapos, sí, incluso a la lluvia y al viento que soplaba entre las ramas de los árboles. Escuchaba sin distinción entre niños y adultos. En las ciudades hay mucha gente que sabe escuchar y también que sabe contar, cada vecino es una fuente de información para cada persona, y para ello la municipalidad deber generar espacios de convivencia en cada barrio. Espacios para estar y sentir, espacios para convivir, y también para amar. Y para ello hace falta tiempo, tiempo de ocio tras el tiempo de trabajo. Y hace falta trabajo para disfrutar del ocio. El tiempo es un valor esencial para la vida. En la ciudad hay vida y espacios que defender. Una sola hora nos puede parecer una eternidad, pero de vez en cuando también puede pasar como un instante? depende de lo que experimentemos durante esa hora, nos dice el libro. El problema para la ciudad y el tiempo, en la novela, son los denominados hombres grises. Son una organización, un banco, denominado Caja de Ahorros del Tiempo, que roba el tiempo a las personas en la ciudad, con lo cual no queda tiempo para convivir, en definitiva para vivir a gusto, relacionarse o pensar; solo queda prisa, enfado e infelicidad. La pregunta es: ¿Quiénes o qué son los hombres grises hoy en nuestra sociedad y nuestras ciudades? Deberíamos meditarlo. En la novela que comentamos la solución la dan Momo, sus amigos y los niños, que acaban con los hombres grises. De nuevo la gente sencilla, la realidad de la vida al margen de convenciones e intereses, es la que da la solución: la sociedad civil generosa que busca una felicidad honesta individual y colectiva. La vida en las ciudades, personas, animales y plantas, tienen muchos matices y todos deben ser defendidos. Un sí a la vida. Los vínculos de la vida y la sociedad son sagrados. El tiempo es vida y la vida reside en el corazón, guardemos la frase de Michael Ende, expresada a través de Momo.