No hay personas que no hayan sufrido

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24 may 2016 / 19:30 h - Actualizado: 25 may 2016 / 00:02 h.

No entendemos muchas cosas que nos ocurren, que soportamos como podemos. El vivir cada día aporta madurez para superar los obstáculos, porque sería irreal vivir sin problemas por mucho que sería ideal tener soluciones a todo lo que nos suceda.

Estoy más inclinada a pensar que lo que hay que superar es justo lo necesario para ser mejor. Las injusticias, las adversidades, son las que sin querer nos hacen ver lo fuertes que somos. Cuando alguien cuenta sus alegrías, apenas se le presta atención por norma general, pero si alguien cuenta penas se queja de lo mal que está el mundo, critica a otros... Entonces sí se presta atención.

No hay mundos maravillosos, no hay personas que no hayan sufrido. Es necesario madurar y casi siempre es a través de un gran esfuerzo y de un gran sufrimiento. Cada cual habrá aprendido cómo vivir con el menor dolor posible, y si es muy maduro e inteligente habrá comprendido que vivir es eso, superar adversidades, sobreponerse a sufrimientos y por encima de todo no perder la esperanza ni la ilusión en lo bonito que la vida te puede regalar.

No hay fórmulas mágicas, ni medicamentos maravillosos que nos quiten el dolor, lo más que consiguen es disminuir la sensación que notamos físicamente. Pero a nivel psicológico, todavía no hay fármacos para afrontar la desilusión por soportar malos rollos.

La gente se evade como puede de sus penas. Quien es capaz de mantener ilusión y sentir fuerzas en lo que tenga que vivir es el mayor héroe que podamos imaginar. Pero puede que tú lo seas y no lo sepas. No quieras imitar a todos, observa cómo has mantenido alguna ilusión que te ha empujado para que se pueda hacer realidad aquello que querías.

Todo lo que te hace feliz, te da fuerzas para que las adversidades sean más llevaderas. Todo lo que te hace reír, empuja para que tu salud mejore. Todo lo que compartas de corazón con otros, aumentará tu capacidad personal en cualquier dirección. Así, aunque no haya fármacos milagrosos ni recetas para triunfar, cada día muchas personas, incluidas tú y yo, podemos sentirnos vivos, disfrutar de lo que hagamos y sentirnos bien sólo por poder compartir cada minuto del día con otras personas.