Preguntémosle a la hierbabuena

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20 abr 2018 / 20:56 h - Actualizado: 20 abr 2018 / 20:57 h.
"La Azotea"

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Si usted no ha visto la Feria, yo se la voy a enseñar, como dice la sevillana, pero prepárese para una Feria muy distinta a la que todos guardamos en la memoria, quizás envuelta en la nostalgia de otros tiempos y, por supuesto, de otras circunstancias.

Están convirtiendo esta ciudad en una especie de parque temático para personas que pese a no haber visto la Feria, no están interesados en que nadie se la enseñe porque ya se la tienen más que enseñada, organizada y vendida, a dos horas y media de Atocha. Y hubo su referéndum para que la ciudadanía eligiese un día de más en la gloria así como la inclusión del festivo, y la ciudadanía dijo sí, oficializando lo espontáneo de lo imprevisto, que es algo muy de feria y obteniendo como resultado una feria interminable que pocos cuerpos (y carteras) aguantan; una feria que se antoja casi como un lujo.

Si se ofrece esa oferta, la demanda de servicios públicos debe estar a la altura, pero el tráfico se convierte en una osadía aunque tengas tu plaza de garaje en la Feria, o las colas para un taxi se vuelven interminables. Prefiero acordarme de aquellas ferias familiares asequibles y accesibles que empezaban a partir del miércoles, con un solo día para cacharritos y el eco del gentío envolviéndolo todo, con la alegría que ofrecía mirar al cielo y ver la efímera algarabía de un cielo de farolillos, sin el efecto artificial del brebaje novelero que este año se sirve además con hierbabuena.

Del caldito del puchero al rebujito, preguntémosle a la hierbabuena, ¿a dónde estaré dios mío, la próxima primavera...?