Salvemos la Venta de los Gatos

Unos dibujos del alemán Chaman, litografiados en 1850 por Carlos Santigosa, permiten conocer cómo era el edificio de la Venta de los Gatos

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23 oct 2015 / 23:38 h - Actualizado: 23 oct 2015 / 23:39 h.
"Hemeroteca El Correo"
  • La Venta de los Gatos en 1928. / El Correo
    La Venta de los Gatos en 1928. / El Correo
  • La Venta de los Gatos en 2001. / El Correo
    La Venta de los Gatos en 2001. / El Correo
  • Tres escenas de la Venta de los Gatos litografiadas por Santigosa en 1850.
    Tres escenas de la Venta de los Gatos litografiadas por Santigosa en 1850.

{En el camino viejo del cementerio, en la zona actualmente rotulada como avenida de Sánchez Pizjuán, justo al lado del núcleo residencial Las Golondrinas, puede verse una venta titulada de los gatos en memoria del antiguo ventorrillo donde Gustavo Adolfo Bécquer situó una de sus leyendas.

En la segunda mitad de los años sesenta del pasado siglo, el constructor soriano Ramiro Lahoz Abad edificó en la zona el núcleo residencial Las Golondrinas, en honor del poeta, y añadió a su costa la reconstrucción del antiguo ventorrillo y la colocación de un pequeño monumento modelado por el escultor Antonio Illanes. Con el paso de los años, el ventorrillo ha modificado sus estructuras y lo único que queda es la placa colocada en 1928. Pero hay que reconocer que ya en los primeros lustros del siglo XX, la pequeña casita habilitada como taller de un marmolista y su entorno tenían poco que ver con la descripción escrita por Bécquer en los años sesenta del siglo decimonónico.

Las fotografías recuperan la memoria de la Venta de los Gatos en 1928, cuando fue colocada la placa que aún subsiste y que dice: «En esta casita, en tiempos pasados / venta andaluza ocurrieron las escenas / célebres de fiestas, de amores y tragedias / que inspiraron al insigne sevillano, el gran poeta / Gustavo Adolfo Bécquer / su famosa leyenda (La Venta de los Gatos). / Los admiradores del poeta pusieron esta lápida / para perpetuar y recordar / este romántico recuerdo. / Donada por José Suárez Durán / marmolista de esta Casa / Enero 1928».

Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, recuerdan que la iniciativa de colocar la placa fue del modesto escritor sevillano Manuel Díaz Martín. Y ellos, con anterioridad, en 1911, costearon de su peculio el monumento a Bécquer del parque de María Luisa, realizado por el escultor Lorenzo Coullaut-Valera, sobre un basamento de Juan Talavera Heredia y Federico Bechini.

Otra fotografía recuerda el homenaje a Bécquer organizado en 1935 por un grupo de escritores, entre los que pueden identificarse a unos jóvenes Joaquín Romero Murube, leyendo, Santiago Montoto y Juan María Vázquez. Presidió el acto Isacio Contreras Rodríguez, entonces alcalde de la ciudad.

Recuperamos la memoria gráfica del edificio de la Venta de los Gatos tal como era conocido en las primeras décadas del siglo XX, y advertimos que tenía poco que ver con el descrito por Gustavo Adolfo Bécquer en su conocida leyenda del mismo título. Como complemento de las fotografías de 1928 y 1935, añadimos perspectivas actuales, todavía más alejadas de la realidad como consecuencia de la reconstrucción de los años sesenta del pasado siglo.

Carlos Santigosa Nieto (Sevilla, 1911-¿?), tataranieto de Carlos Santigosa Gaspar, nos ha facilitado generosamente en 2001, copias de las litografías editadas en 1850 por su antepasado, según dibujos del alemán Chaman, autor de una treintena de escenas sevillanas. Estas láminas eran inicialmente en blanco y negro, como las que nosotros incluimos, si bien con posterioridad fueron coloreadas. De este tipo son las publicadas en 1983 por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. De la semblanza biográfica escrita por José Santos Torres, resumimos los siguientes párrafos:

Carlos Santigosa Gaspar, nació en Barcelona el año 1815 y falleció en nuestra ciudad en 1899. Vino a Sevilla en 1841, coincidiendo con otro catalán que también se vinculó a nuestra ciudad, Narciso Bonaplata, empresario fundidor y cofundador de la Feria de Abril conjuntamente con José María Ibarra. Su primer establecimiento como impresor fue en la calle Entrecárceles y poco después, en 1845, en la calle Sierpes, número 81. En 1853 se mudó a la calle Tetuán. Por esos años comenzó a publicar el Álbum sevillano, las Costumbres andaluzas, y otras colecciones dedicadas a divulgar las artes y costumbres de nuestra tierra. Además de impresor y siguiendo la costumbre de la época, fundó y dirigió varios periódicos, entre ellos el Tío Clarín, que alcanzó gran popularidad, según recoge Manuel Chaves Rey en su Bibliografía de la Prensa sevillana.

Las cuatro litografías facilitadas por Carlos Santigosa Nieto recuerdan el exterior de la Venta de los Gatos tal como lo describe Bécquer, y además muestran escenas interiores, como el baile del candil, la reunión de toreros con la dama, y el popular Tío Abejorro que animaba con sus cantos a la clientela. ~